Barry Trayhorn, un pastor evangélico que trabajaba como jardinero de la prisión Littlehey en Bedford (Inglaterra) se sintió obligado a renunciar a su puesto de trabajo cuando los funcionarios de la cárcel le acusaron de mal comportamiento y le denunciaron por recitar versículos bíblicos en la capilla de la prisión.
El Tribunal Laboral de Bedford estudia la querella desde el pasado lunes 2 de noviembre. El sacerdote ha alegado que sufrió «un proceso disciplinario injusto y agresivo» que provocó su renuncia en noviembre de 2014.
En concreto, el extrabajador cree que fue «acosado» por haber mencionado «la enseñanza de la Biblia sobre el comportamiento sexual» durante un servicio de capilla cristiana en Littlehey, una prisión para delincuentes sexuales.
Así las cosas, se espera que la audiencia dure hasta el 10 de noviembre, mientras que Trayhorn está siendo apoyado por el Centro Jurídico Cristiano y estará representado en el tribunal por el abogado Paul Diamond.
«Inmediatamente prohibido»
En mayo de 2014, mientras Trayhorn dirigía un culto cristiano, habló del perdón que Dios ofrece a los que se arrepienten citando versos de la Biblia. Cuatro días después le pusieron una denuncia por lo que había recitado y se le prohibió «de inmediato» prestar ayuda en la capilla.
Más tarde, le acusaron de que sus comentarios «eran homófobos» y habían violado «la política penitenciaria nacional». Por ello, le notificaron que habría «una audiencia disciplinaria» para estudiar el caso.
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