Las Cortes de Aragón han instado este jueves, en sesión plenaria, a reducir a 45 minutos semanales el horario de la asignatura de religión en Educación Infantil y Primaria, incluyendo el cambio en el currículo educativo desde el próximo curso. Han propuesto reforzar la enseñanza de música y educación física.
La cámara ha aprobado, con los votos del grupo proponente, Podemos, el PSOE, que ha introducido una enmienda, C’s y Grupo Mixto una proposición no de ley en este sentido, que ha defendido Carlos Gamarra, tal y como recoge Europa Press.
El parlamentario de Podemos ha afirmado que en la Educación pública «no deben tener cabida los dogmas y las creencias, muchas de ellas contrarias a las evidencias científicas», mencionando el creacionismo, a lo que ha opuesto un sistema educativo «moderno y laico».
El podemita ha criticado que los profesores de religión son seleccionados por la Iglesia Católica, que establece los contenidos, pero les paga la Administración autonómica, y ha atribuido al PSOE una «responsabilidad directa» porque «no han hecho nada por terminar con estos privilegios».
La diputada socialista Margarita Peris ha manifestado su apoyo a la iniciativa y ha recordado que es la Comunidad autónoma la que fija los horarios, mientras que la portavoz de C’s, Susana Gaspar, ha preguntado a Gamarra «qué más enfrentamientos quiere abrir».
Ha planteado la impartición de una asignatura de historia de las religiones desde un punto de vista no confesional. El portavoz de CHA, Gregorio Briz (grupo mixto) ha apostado por eliminar esta asignatura del currículo y ha criticado que los docentes cobren de la Administración y sean elegidos por la Iglesia.
Mientras tanto, la parlamentaria popular María José Ferrando ha indicado que el PP, al impulsar la aprobación de la LOMCE, «ha dejado en la mitad de lo que marcaban esos progresistas del PSOE» con la LOE y ha preguntado a los diputados de Podemos «si son antitodo o el antídoto de la tolerancia».
Jesús Guerrero (PAR) ha propuesto «hablar de la creación de empleo y no abrir viejas heridas», recalcando que «no se obliga a nadie» a estudiar esta asignatura y que el 60 por ciento de las familias matriculan a sus hijos en Infantil y Primaria y el 55 por ciento en bachillerato.
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