Este viernes el predicador cristiano Michael Overd acude a una vista de apelación después de que haya sido condenado por un juez del Tribunal de Tanton por haber leído la Biblia en las calles de la localidad.
Este cristiano fue detenido el pasado año después de que un homosexual escuchase como leía un versículo de la Biblia en el que se condenaba las prácticas homosexuales. El hombre gay se enfrentó al predicador y le denunció.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraTras ser detenido y en primer lugar absuelto fue finalmente condenado por alterar el orden público y a pagar al “afectado” por “daño emocional mediante el pago de 200 libras y el de otras 1.200 como compensación por haber ofendido al denunciante.
En opinión del juez había hecho una utilización “incorrecta” de los versículos de la Biblia. Además, va más allá y asegura que absolver al predicador cristiano sería “aprovechado por los fundamentalistas y extremistas como primer paso para la alteración del orden público”.
El condenado afirma que el fallo judicial equivale a la «censura pública de la Biblia»
Ante los argumentos del tribunal, el condenado Michael Overd ha declarado que el fallo judicial equivale a la “censura pública de la Biblia”. A su juicio, es “increíble” que un juez “pueda decidir que versículos se pueden utilizar en público”.
Una sentencia que puede tener un «efecto escalofriante»
Además, Overd recuerda a los que lo han condenado que la Biblia que han censurado es la misma que “se puso en manos de la Reina en su coronación y que ha sido fuente de muchas libertades”.
Por todo ello, predicador considera que es “aterrador” observar que el poder judicial “cruce la línea” y pretenda convertirse en árbitro “de la enseñanza cristiana”.
El director ejecutivo del Centro Legal Cristiano, Andrea Williams, considera que esta sentencia de “daño emocional” al activista gay que denunció al predicador puede tener “un efecto escalofriante” en el futuro.
Y es que según explicó este argumento es un “concepto peligroso” puesto que “se convierte en un arma para aquellos que quieren censurar al que habla” y teme que el control del gobierno pueda incluso regular lo que se dice en las iglesias en aras de controlar el “extremismo”.