Willy Toledo, durante un mitin.
Willy Toledo, durante un mitin.

El actor de extrema izquierda Willy Toledo no parece sentirse incómodo tras la gran polémica que generó al insultar a España y a la Virgen del Pilar. De hecho, en una entrevista publicada a El Agitador asegura que era necesario arremeter de manera grosera contra la patrona de la Hispanidad. “Estaba hablando de un día, el 12 de octubre, en el que se celebra y cabe todo lo más rancio, lo más oscuro, lo más reaccionario de nuestra ‘cultura’ patria: la invasión y el saqueo de América, el asesinato de millones de seres humanos, su conversión religiosa a la fuerza. Seguro que a muchos los torturaron  en nombre, por ejemplo, de la Virgen del Pilar”, afirma.

El artista también carga contra la Guardia Civil y asegura que “la Benemérita aún no ha pedido perdón por sus crímenes despreciables durante la guerra y los cuarenta años de dictadura ni por lo que vino después”. Además, recuerda a los etarras Lasa y Zabala, “secuestrados, torturados, asesinados y enterrados en cal viva por agentes y altos mandos del cuerpo, y por último, la Virgen, la omnipresente Madre-virgen católica, me da lo mismo que se llame Pilar, Angustias o Mari Carmen”.

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Además, Toledo quiso definirse: “Mi religión es el socialismo, la justicia, la libertad, la fraternidad, y mi apóstol es Fidel Castro”. Con el odio que suelen caracterizar sus declaraciones el actor también añadía: “Soy rojo y ateo y no pienso olvidar lo que el catolicismo y sus secuaces le hicieron y le continúan haciendo a mi España. Mi España, sí, la España a la que yo amo”.

También dijo que no piensa rectificar sus palabras. “Nunca me arrepiento de nada, eso se lo dejo a los católicos, a los que les sirve la confesión para expiar sus responsabilidades y desentenderse de sus acciones ante ese al que llaman dios”.

Por último, sacó su vena más laicista y recordó que lleva toda su vida “luchando para que la religión y sus símbolos se limiten a la vida privada de cada uno, para sacar a sus predicadores, imágenes, celebraciones y supersticiones del ámbito público, de las escuelas, de las universidades y de las calles”.

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