La televisión pública alemana, financiando la propaganda abortista con el dinero del contribuyente
La televisión pública alemana, financiando la propaganda abortista con el dinero del contribuyente

Deustche Welle (DW) es la televisión oficial de Alemania. Al ser pagada con los impuestos de todos los alemanes lo lógico sería que fuera imparcial y que respetara a todos los votantes alemanes. Pero no es así. El 20 de mayo publicó una nota que va en contra de la seriedad y la pluralidad. La nota va acompañada por un video en varios idiomas promocionando abiertamente la ampliación de la legalización del aborto en Europa. Así, la televisión oficial alemana se suma al objetivo del presidente Macron de hacer del aborto un “derecho fundamental” en Europa, algo sobre lo que ya informamos en Population Research Institute.

Llama la atención que esta televisión ha aumentado su actividad de “informar sobre el aborto” (es decir, promocionar el aborto en Europa) justo después de la aparición del borrador de sentencia del Juez Alito que será el fin de Roe vs. Wade. Algunos de los artículos de DW parecen una forma de ejercer presión sobre Estados Unidos en este tema. Y lo hacen a través de mentiras y manipulaciones que es necesario desenmascarar.

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Es muy preocupante cuando supuestos periodistas llaman “documental” a sus piezas de propaganda política, de la misma manera como hicieron gobernantes de turno en Alemania hace casi 100 años. El resultado en ese entonces fue terrible, ahora también. Europa tiene un gran nivel cultural, pero de todas maneras no se libra de esta manipulación más propia de regímenes totalitarios.

El video comienza mostrando un caso dramático y triste. El de Valentina Milluzzo, de Catania (Italia), que estaba embarazada de mellizos. En 2016 ella murió por un problema relacionado con su embarazo. Este es un caso que se ha tomado como una referencia para atacar la objeción de conciencia de todos los médicos y aumentar la cantidad de abortos. El gran truco de este tipo de campañas consiste en tomar un caso dramático, de muy difícil solución, para atacar un derecho humano como el de objeción de conciencia y luego aplicar el resultado a todos los demás casos, aunque no sean tan dramáticos y difíciles. La posible negligencia de unos médicos en un caso extremadamente complicado es usada para eliminar la objeción de conciencia en todos los casos y así aumentar el acceso al aborto.

Elisabetta Canitano es una líder política italiana que hace campaña a favor del aborto y que aparece en el video con mucho dramatismo. En una de las intervenciones nos acusa a los pro vida de algo terrible según su opinión. Dice con espanto que los pro vida “consideramos que los embriones y los fetos son personas, como las mujeres”. Para ella, defender este derecho humano básico nos hace a los pro vida gente malvada. Tal parece que Canitano no ha leído ningún manual de embriología moderno ni ha visto bien ninguna ecografía. Termina discriminando a unos seres humanos sobre otros.

El documental también dice que en Italia el 70% de los médicos rechaza hacer abortos por razón de conciencia. Y termina la frase con dramatismo afirmando: “y la tendencia aumenta”. No tenemos datos de que esto sea así. Pero la propaganda tiene un solo objetivo: hacer sentir que la agenda del aborto está en peligro y que los promotores del aborto son las víctimas. Su objetivo: aumentar todavía más las facilidades para abortar, aunque en Europa sea tremendamente fácil hacerlo ahora mismo.

Se trata de manipular las mentes de los europeos para que no se den cuenta de todo lo que ha avanzado la agenda pro aborto. Tal vez tengan miedo de que el pueblo europeo pueda empezar a simpatizar más con la causa pro vida. Es un perverso juego de emociones que encubre la realidad y deja a los niños por nacer mucho más indefensos.

En esa manipulación el video intenta presentar a los católicos como gente fanática y agresiva. Primero entrevistan a personas mayores rezando el rosario frente a una clínica de aborto con la imagen de la Virgen de Guadalupe y la de un bebé recién nacido. Pero a continuación ponen el testimonio de una supuesta ginecóloga que atiende una clínica que dice que normalmente es acosada por fanáticos religiosos. La médico dice que ha tenido miedo por su vida y que está segura que los católicos deseamos que “arda en el fuego del infierno”. Desde luego, no puede probar estas amenazas. Pero no le hace falta: su objetivo en realidad es desacreditar la causa pro vida y hacer que la gente simpatice con las “pobres e indefensas” clínicas de aborto. Según la DW, todo esto estaría convirtiendo a Europa en un lugar terrible en donde los derechos de la mujer estarían en retroceso.

Para probarlo citan a uno de los archi-enemigos de moda en Europa: Polonia. Es vergonzosa la forma en que el documental trata al pueblo polaco de manera despectiva como “extremadamente católico”, sobre todo por su apoyo mayoritario a la última ley del aborto en Polonia, que defiende un poco más al niño por nacer. Evidentemente DW tiene la vara de medir la democracia y si el pueblo polaco quiere mayoritariamente estar a favor de la vida es por influencia de grupos católicos “radicales”, como Ordo Iuris. En realidad, Ordo Iuris no es un grupo ultra católico radical, como lo califica DW, sino un grupo pro vida de abogados de gran éxito en la defensa de la vida y los valores tradicionales polacos, algo que para DW es prácticamente una ofensa terrible.

Lo que el documental oculta es que en los últimos años países como España, Francia, Irlanda, entre otros, han aumentado la facilidad de acceder al aborto. En algunos de ellos hoy en día es delito rezar frente a una clínica de aborto. También oculta la relación entre el aborto y el invierno demográfico que vive dramáticamente el viejo continente.

Lo que queda claro es que la ideología progresista agresiva domina ahora a la DW. Ya no son solo los gobernante quienes nos quieren imponer el aborto “a demanda”. Ahora las televisiones estatales, con el dinero de todos los contribuyentes, montan campañas para adoctrinar al pueblo europeo y hacerle creer que los abortistas son las víctimas y los pro vida los verdugos. Una vez más, los medios de comunicación del estado en Alemania se prestan a un juego terrible de mentiras y tergiversación: esta vez contra los niños por nacer. Hoy es por la “dictadura del relativismo”, como la definió el alemán Card. Joseph Ratzinger, poco antes de ser elegido Papa Benedicto XVI. Hoy como hace 100 se requiere seguir fieles a la verdad. Los pro vida europeos lo sabemos y seguiremos siendo “la resistencia”.


Carlos Beltramo

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