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Hace ya algún tiempo me dirigí a usted por este medio para tratar de abordar el preocupante asunto de la manipulación de los medios convencionales a través de varias técnicas entre las que se encuentran las medias verdades o el peso informativo que se le da a una noticia y no a otra, entre otras artimañas. De hecho bauticé a este tipo de noticias con el nombre de SmokeNews.

Habrán podido comprobar cómo desde hace unos meses nos están bombardeando con la alarma del calentamiento global por todos los frentes. El argumento es sencillo –algo preocupante en el mundo académico- y se puede resumir en unas líneas. Estamos aumentando la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera al utilizar combustibles fósiles y esto hace que directamente estemos cambiando el clima de nuestro planeta de una forma peligrosa e irreversible que va a producir una extinción planetaria y está afectando ya a varias comunidades, además de producir un incremento del nivel del mar por el derretimiento de los polos.

Este mensaje alarmista se está lanzando por varios medios y ya tiene su portavoz: una niña que no puede ni entender los complejos argumentos de los científicos que se esgrimen en los debates serios sobre el tema. He prometido no pronunciar su nombre porque me da pena que se le esté explotando de esa manera tan vil y cruel para desestabilizar a la sociedad y culpar al hombre –aquí algunos se olvidan del lenguaje inclusivo- de todos los males posibles.

La razón de esta misiva es simple. Los medios lo han vuelto a hacer. Han pasado completamente por alto una noticia con una relevancia informativa altísima teniendo en cuenta que estos días sólo se habla del cambio climático.

Resulta que 80 italianos, entre ellos científicos de renombre, se han atrevido a alzar sus voces y firmar un manifiesto en el que contradicen el dogma que nos viene a decir que el debate científico está cerrado y no hay nada más que hablar. Instan a los políticos a que tomen medidas para la protección del medio ambiente, pero recuerdan que “el dióxido de carbono, en sí, no es un contaminante”, de hecho “es indispensable para la vida en nuestro planeta”.

Pese a que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (PICC) cree que el calentamiento de 0.9 grados centígrados observado en la Tierra desde 1850 se debe principalmente a la emisión de CO2 generadas por los humanos, el manifiesto que nos ocupa se atreve a decir alto y claro que “el origen antropogénico del calentamiento global es una conjetura no probada”. Por el contrario, afirman que “la literatura científica ha destacado la existencia de una variabilidad climática natural que los modelos no pueden reproducir, variabilidad natural cada vez mejor verificada” y que representaría una “parte significativa del calentamiento global observado desde 1850”.

Estas personalidades destacan que los periodos cálidos se han ido produciendo de forma completamente natural cada mil años durante los últimos 10.000 años y dan ejemplos bien documentados como el periodo cálido medieval, el periodo cálido romano o el Holoceno Óptimo de hace 8.000 años. Todos estos periodos fueron más cálidos del actual pese a que la concentración de CO2 fue bastante menor que la actual. Se basan en estos datos constatados para asegurar que los modelos climáticos del PICC son erróneos.

Van más allá y apuntan a otra posible causa del calentamiento actual que según ellos empezó realmente en 1700 d. C., el punto menor y por tanto más frío de la Pequeña Edad de Hielo. Resulta que ese periodo coincidió con una actividad solar mínima denominada “mínimo solar de Maunder”.

Espero poder haber arrojado algo de luz en este debate, pero no me gustaría despedirme de usted sin antes recomendarle que lea el informe completo y sin recordarle algo muy importante: la ciencia no es una democracia y por tanto el número de creyentes o votantes no es relevante, sino las pruebas y los hechos. Por ahora, con lo que se queda el que le escribe es con lo siguiente:

  • Los medios están silenciando el debate científico para dar la sensación de que la ciencia no tiene nada más que aportar, todo esto cuando todavía no se entiende del todo la interacción entre los diferentes causantes de los constantes cambios climáticos, como la actividad solar, los océanos, las nubes, la actividad volcánica y otros muchos.
  • La ciencia no es una democracia y el debate no estará cerrado hasta que todas las preguntas científicas estén resueltas. De hecho es muy difícil que un debate se cierre entre quienes comen de la misma mano de la ONU.
  • Es interesante comprobar que el efecto de cambiar el modelo energético mundial tiene un claro perdedor. Estos perdedores son los países subdesarrollados a quienes se les incrementará la “barrera de entrada” al mercado al subir los costes de producción. Esto podría ser crucial a la hora de conocer las razones detrás de estas campañas, pero de esto espero poder hablar en otra misiva.
  • Esta carta no pretende minusvalorar la gran tarea que tenemos de cuidar el medio ambiente y ser respetuosos con esta preciosa Tierra que nos ha sido encomendada. Esto no debe confundirse con creerse ciegamente que los causantes de los cambios climáticos somos nosotros, pues en debates acalorados ambos asuntos suelen ir de la mano y suelen confundirse gravemente.

Le agradezco como siempre su paciencia y su preciado tiempo,

Un cordial saludo y vayan por la sombra,

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