El trayecto París-Teherán, de la compañía Air France se reabrirá en apenas dos semanas después de que se cortara esta conexión por la carrera nuclear iraní. Sin embargo, volverá con polémica debido al comunicado interno que ha lanzado la compañía. Sus azafatas deberán cubrirse la cabeza con un velo islámico en cuanto aterricen en Irán y durante el trayecto hasta el hotel. Además, deberán vestir pantalones largos y mangas amplias que cubran todo su cuerpo.
Las empleadas ya se han organizado para denunciar la nueva norma de la línea aérea y junto al sindicato UNAC, al que están afiliadas las tripulaciones de los vuelos, ha remitido la situación a la ministra de Defensa de los Derechos de las Mujeres, recoge Le Figaro.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa principal reivindicación es que las azafatas de la línea París-Teherán lleven el velo de manera voluntaria. Por el momento, en caso de negarse, las azafatas se enfrentan a sanciones económicas y aperturas de expediente.
«No es nuestro papel emitir un juicio sobre el uso del velo en Teherán. Lo que estamos denunciando es que se está haciendo obligatorio. Las azafatas tienen derecho a rechazar estos vuelos», subrayaba la responsable del sindicato, Flore Arrighi, en el diario The Telegraph. Y ha añadido que esto menoscaba la dignidad de las empleadas.
Obligatorio usar el velo en Irán, prohibido llevarlo en Francia
La ley iraní en la que se obliga de manera estricta el uso del velo, incluso a las turistas, bajo penas en las que incluso se podría llevar a las «rebeldes» a la comisaría hasta que un varón de la familia les obligue a utilizar el velo de forma correcta. Por el contrario, la legislación francesa prohíbe el uso del burka y el niqab en lugares públicos. Una contradicción para las azafatas de los vuelos que trabajen en esta línea.
«Todos los días nos llegan azafatas preocupadas que nos dicen que no quieren ponerse el velo», ha señalado Christophe Pillet, del sindicato UNAC. Por su parte, la aerolínea ha manifestado que «la tolerancia y el respeto a las costumbres» de los países a los que sirven «son parte de los principios de la compañía».
En una primera reacción, Air France se mostraba sorprendida: un portavoz defendía que la normativa «no es nueva» porque ya se hace con otros países, como Arabia Saudí; así como con el propio Irán antes de que se suspendieran las conexiones aéreas como parte de la sanción internacional al país por su programa nuclear. El próximo 17 de abril se realizará el primer vuelo París-Teherán después de ocho años de parón.