Las dominicas de Santa Catalina de Siena han vuelto a su convento en la llanura de Nínive tras la expulsión de Estado Islámico hace ya tres años. Al regresar a lo que ellas consideran su hogar este grupo de religiosas se encontró el templo destrozado.

«Hace tres años, dejamos nuestra casa por la noche hacia lo desconocido. Iniciamos un exilio. A pesar de todo, siempre hemos soñado con volver y encontrar nuestras casas tal y como las dejamos. Deseamos mucho volver y encender nuestras velas para rezar, cosechar nuestras uvas y leer nuestros libros», añadía una de las religiosas, según señala Religión en Libertad.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Familias cristianas perseguidas por los yihadistas

Pese haber expulsado a Estado Islámico, las hermanas lo tienen claro: «No significa que la llanura de Nínive esté totalmente limpia de esa mentalidad”.

Y, es que, al regresar a sus hogares, muchas familias cristianas han encontrado pintadas como “vamos a romper vuestras cruces” o “no tenéis nada con nosotros”. E incluso en las iglesias han encontrado en las paredes del templo instrucciones de batalla o armamento.

Las religiosas también necesitan reconstruir el orfanato que había sido quemado, y esperan abrir una guardería

Con la esperanza de que todo vuelva a ser como antes

A pesar de todo ello, el grupo de hermanas tiene la esperanza de que un día Irak vuelva a ser lo que era. Por eso, vivirán en una casa familiar en Telskuf hasta que su convento haya sido reparado. Las religiosas también necesitan reconstruir el orfanato que había sido quemado, y esperan abrir una guardería.

«Dios está con nosotros y no nos dejará. Le agradecemos todo el apoyo que nos ha mostrado. Por favor recen por nosotros al comenzar esta nueva fase de nuestras vidas», reflexionan.

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