Isabel Sola Matas tenía una vocación de servicio, de servir a los demás y especialmente a los pobres. Así era feliz y su cara mostraba esa felicidad pese a las dificultades de su misión. Residía en Haití, el país más pobre de América, desde hace ocho años y allí ha muerto tras ser tiroteada por unos desconocidos.
Esta catalana de 51 años pertenecía a la Congregación de Jesús María y en Haití se convirtió en una auténtica mujer todoterreno. Había tanto por hacer que al final su trabajo abarcaba todo tipo de tareas. La religiosa era enfermera y ayudaba también en labores de formación escolar.
Después tras el devastador terremoto que asoló Haití, Isabel Sola puso en funcionamiento un taller de fabricación de prótesis para así ayudar a los numerosos mutilados que dejó el seísmo. Ella misma dirigía aquel taller que ahora los propios haitianos quien lo gestionan.
Hasta la fecha estaba comenzando a montar una escuela para los ninos pobres, proyecto con el que estaba muy ilusionada pero que se ha visto truncado con su asesinato.
Papa Francisco: «Pienso especialmente a tantas religiosas que donan sus vidas sin escatimar esfuerzos. Recemos particularmente por la misionera española, sor Isabel»
Durante la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, otra religiosa que entregó su vida a los más pobres, el Papa Francisco ha querido tener un recuerdo especial por Isabel Sola. «En este momento quiero recordar a los que ofrecen su servicio a los hermanos en situaciones difíciles y peligrosas. Pienso especialmente a tantas religiosas que donan sus vidas sin escatimar esfuerzos. Recemos particularmente por la misionera española, sor Isabel, que fue asesinada hace dos días en la capital de Haití», ha afirmado el Pontífice.
Sin embargo, la mejor manera de conocer quién era esta religiosa española es ver su obra y el lugar en el que ayudó a tantos. Curiosamente en el programa de 13TV, Misioneros por el mundo, Isabel Sola explicaba en un programa sobre Haití emitido en 2012 la labor que estaba desempeñado y cuyo vídeo le ofrecemos en Actuall.
Ese es su legado, el amor por los pobres, por los débiles, por los que habían perdido todo y temían perder también la esperanza. Para ayudar a todos ellos fue a Haití y ahora junto con santa Teresa de Calcuta puede interceder por los pobres desde un sitio privilegiado.
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