Cincuenta personas se han congregado ayer ante el ministerio de Inmigración de Canadá para pedirle al titular de la cartera, Ahmed Hussein, que no deporte a la familia Ogunkoya, originaria de Nigeria, ya que se enfrentarían a una “condena a muerte” en el país africano. Sobre la madre de esta familia, Morufat Ogunkoya y sus hijos pesa una fatwa islámica, porque ella se convirtió al cristianismo.

La protesta fue organizada por la plataforma internacional CitizenGO, que ha reunido más de 30.000 firmas en apoyo de esta familia de inmigrantes, junto con la asociación Rose City Kids. Morufat sufre en carne propia los frutos de la persecución religiosa que la motivó a dejar Nigeria, como ponen en evidencia sus cicatrices. 

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La familia ha rehecho su vida en el país norteamericano: Morufat trabaja, y sus hijos están en edad escolar, involucrados tanto en su comunidad como en trabajos de voluntariado. 

El director de campañas de CitizenGO en Canadá, David Cooke, opina que “deportar a la familia Ogunkoya a Nigeria es una condena a muerte pra ellos, puesto que hay una Fatwa en Nigeria por seguir a Cristo”, y añade “Esto es por lo que han venido a Canadá, para empezar. Se aferraron a la promesa de libertad y de seguridad que hizo el primer ministro Justin Trudeau, y que ahora les da la espalda.

El mandatario canadiense lanzó en 2017 un tuit en el que invitaba “a todos aquellos que huyen de la persecución que acudan a Canadá, sin importar su credo #welcomeToCanada”.

En agosto pasado la televisión canadiense CBC publicaba una foto manipulada en la que el primer ministro aparecía con la familia, ignorando por completo su historia, y mostrándoles al mundo como “simpatizantes” del presidente. El próximo 20 de septiembre Rose City Kids organizará un concierto benéfico para la familia en Welland, Ontario.

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