El Tribunal Penal de Mardin (Turquía) ha dictado una sentencia de 25 meses de prisión contra el monje sirio ortodoxo Sefer Bileçen, reconociéndolo culpable de complicidad con organizaciones y actividades terroristas.
El sacerdote, miembro del monasterio de Mor Yakup en Nusaybin (antigua Nisibi, actualmente parte de la provincia turca de Mardin), había sido detenido el 9 de enero de 2020 junto con otras dos personas, acusado de haber ofrecido ayuda y cobertura a miembros de las Fuerzas de Defensa del Pueblo (HPG), el brazo militar del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), calificado como organización terrorista por el gobierno de Ankara.
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Suscríbete ahoraLa acusación, basada principalmente en imágenes recogidas mediante drones utilizados por los servicios de inteligencia turcos para vigilar la vida del monasterio desde las alturas, atribuye al monje la responsabilidad de recibir a milicianos de las HPG en el monasterio durante unos días a finales de septiembre de 2018. El 16 de enero de 2020, el monje había sido autorizado a abandonar la prisión a la espera del juicio, con la obligación de no alejarse de su residencia.
Durante el juicio, varios testimonios han confirmado que la supuesta “complicidad” atribuida por las autoridades turcas al monje sirio ortodoxo consistió en ofrecer simplemente comida y bebida a personas que decían tener hambre y sed.
Un miliciano de las HPG detenido en septiembre de 2019 por las fuerzas de seguridad turcas también había confesado haber visitado varias veces el monasterio de Mor Yakup solo para comer, beber y refrescarse, según informa la agencia Fides.
El propio monje Sefer Bileçen, en el testimonio hecho público a través de sus abogados, confirmó que había dado comida y agua a los milicianos como una pura muestra de hospitalidad monástica, reservada a cualquier persona necesitada, sin imaginar que las personas acogidas eran miembros del HPG.
“Daré comida y agua a cualquiera que venga a mi puerta”, había dicho el padre Sefer durante su declaración. “Tengo que hacerlo”, había añadido, “por mis convicciones espirituales y filosóficas. Y no puedo decir una falsedad, porque soy un monje y un sacerdote”.