El panel dedicado a dar voz a víctimas de la violencia sexual perpetrada como parte del plan genocida del Estado Islámico en el Congreso internacional sobre libertad religiosa #WeAreN2016 ha sido uno de los más emotivos de la jornada.
La mesa redonda ha contado con el testimonio de Samia Sleman Kamal, una niña yazidí que ha contado entre lágrimas cómo, a la tierna edad de 13 años, fue violada durante los más de seis meses que permaneció secuestrada por el Estado Islámico.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora“Nos hicieron cosas horribles. Violaban a las chicas de hasta 7 y 8 años. A nuestras madres las mataban porque no les gustaban por ser mayores. Sólo querían las ninas para quedárselas como esclavas sexuales”, ha relatado.
Sleman ha reclamado a la Comunidad Internacional ayuda para el pueblo yazidí y para las otras minorías “que están en peligro de ser erradicadas por el Estado Islámico. “No tenemos recursos ni fuerza para defendernos” ha clamado entre sollozos.
Romper la identidad con violencia sexual
Por su parte, la experta en violencia sexual como arma de una estrategia de genocidio, Elisa von Joeden-Forgey, ha advertido que “la violencia sexual contra los menores es parte integral de este genocidio”.
A su juicio, “se trata de una táctica genocida porque hace un daño profundo que afecta a la persona y a la comunidad”. La combinación de muertes masivas, violaciones, saqueos, explotación sexual y secuestro de ninos “tiene la misión de romper, no sólo sus cuerpos, sino su identidad, sus corazones y sus almas” ha subrayado von Joeden-Forgey.
En definitiva, el Estado Islámico “parece operar en el conocimiento de que estas minorías tendrán muchos problemas para mantener su cultura en los campamentos o esparcidos por el mundo como refugiados”, ha constatado.
«Que sepan que estámos con las víctimas»
El trío de intervenciones centradas en dar voz a las víctimas de la violencia sexual del IS, lo ha cerrado la abogada egipcio-americana especialista en derechos humanos Jacqueline Isaac, vicepresidenta de la organización humanitaria Roads of Success.
Isaac ha dedicado su intervención a contar algunas experiencias que ha conocido en su trato con las víctimas del IS y a llamar a la acción del mundo para frenar el genocidio.
Según ha detallado en su alocución, la semana anterior tuvo la oportunidad de acudir al Parlamento británico para acompañar a algunas víctimas que iban a dar su testimonio y lograr una condena del genocidio del Estado Islámico.
Entre ellas, estaba una niña de 16 años que, al igual que Samia, también había sido violada. Ante los miembros del parlamento británico, narró cómo había asistido al horror de ver a una madre obligada a comerse a su propio hijo triturado por los terroristas.
Isaac también ha referido el caso de una mujer cristiana, Rita, a la que el Estado Islámico reclamó el pago de un impuesto para permanecer en su casa. Pese a que accedió a pagar, los terroristas del Estado Islámico le prendieron fuego a su hogar.
Esta mujer tuvo que salir con su hija quemada en brazos hacia el hospital. Por desgracia, falleció. Pero antes de morir, tuvo tiempo y fuerza para decir sus últimas palabras: “Perdónalos”. Para Isaac, este es un ejemplo de que “en medio de tanta oscuridad hay luz. Y esa luz es la que nos ha traído aquí. Mientras hay luz hay esperanza”, ha enfatizado.
Ambos testimonios hicieron posible que el Parlamento británico aprobara por unanimidad la declaración de genocidio.
Para Isaac, es fundamental que “los sobrevivientes sepan que estamos con ellos”, porque eso también forma parte de su proceso de sanación.
“Ha llegado el momento de que cada uno de lleve sus voces al mundo para que vayan los perpetradores al Tribunal Penal Internacional. No se trata de ellos, se trata de nosotros, de todos los que estamos aquí”, ha concluido entre aplausos.
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