Los líderes de la iglesia en Irak del norte han publicado una imperante llamada de alerta debido a la crisis causada por el referéndum sobre la independencia de Kurdistán, que podría poner en peligro la presencia de cristianos iraquíes de la región.
Después del referéndum, que supondría la separación del área del Gobierno Kurdistán Regional del norte de Irak, cinco obispos de rito católico y ortodoxo han presentado una declaración pidiendo a la comunidad internacional protección para los cristianos y ayuda para que permanezcan en las tierras de sus antepasados, especialmente en la Llanura de Nínive, según ha informado Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora«No podemos esconder nuestra preocupación porque la situación de los cristianos se ha vuelto muy difícil y está llena de incertidumbre»
En la declaración se lee: «No podemos esconder nuestra preocupación porque la situación de los cristianos se ha vuelto muy difícil y está llena de incertidumbre. Es un hecho obvio que esta realidad ha creado en los cristianos un estado de miedo y preocupación sobre la posibilidad de que la discusión pueda desembocar en una crisis con amplias repercusiones para todos».
Casas destruidas en Batnaya
El mensaje fue escrito por el arzobispo católico caldeo de Erbil Bashar Warda, el arzobispo ortodoxo sirio de Mosul Nicodemus Sharif, el arzobispo Apris Jounsen, el obispo caldeo Rabban Al Qas de Amadiyah y Zaku, y el arzobispo ortodoxo sirio de la Archidiócesis del Monasterio de Mor Mattai Timotheos Mousa.
El mensaje recalca la situación precaria de los cristianos de Nínive, muchos de los cuales todavía viven como desplazados en Erbil – la capital kurda del norte de Irak – después de haber sido expulsados de sus hogares por el ISIS en el 2014.
En relación a los muchos asentamientos cristianos situados en los territorios en disputa, los obispos advirtieron: “Se debería tener cuidado de no implicar las últimas tierras que les quedan a los cristianos en negociaciones políticas, ya que nuestra vulnerable comunidad no sería capaz de resistir una separación y división, adicionales a las continuas luchas políticas y sectarias que se dan en el país”.
“La Llanura de Nínive se debería mantener en el futuro como un territorio unificado – es crucial no dividirlo en partes”
La declaración recalca que en la frágil situación de la comunidad, revueltas adicionales podrían ocasionar nuevas olas de emigración – amenazando su pura supervivencia. En especial, los obispos exigen que la Llanura de Nínive no sea dividida entre Irak y un Kurdistán independiente. “La Llanura de Nínive se debería mantener en el futuro como un territorio unificado – es crucial no dividirlo en partes”, señala.
Además, los obispos expresaron su temor a un estancamiento de las obras de restauración y rehabilitación de las ciudades y pueblos en Nínive, si ésta área afronta un futuro político incierto.
“Mientras el Gobierno Federal y el Gobierno Kurdistán Regional del norte de Irak están envueltos en la lucha por el área en cuestión, incluyendo las zonas históricas de nuestro pueblo; las áreas liberadas del control de las bandas criminales del ISIS se encuentran en una situación espantosa en términos de reconstrucción, servicios públicos y de seguridad. No existe para nada un intento serio por parte de los gobiernos de reconstruir el área. Esto hace difícil que los IDPs (persona internamente desplazada) regresen y por ello su condición se prolonga.”
Al mismo tiempo el arzobispo Warda, los otros obispos y coordinadores de ayuda, como por ejemplo Stephen Rasche, han subrayado en diversas entrevistas, su compromiso para lograr que el programa de reconstrucción y re-establecimiento continúe a pesar de los contratiempos causados por el referéndum.
Al expresar preocupación porque las áreas de cristianos pierdan su identidad histórica, los obispos en su declaración llaman al diálogo entre el Gobierno Federal iraquí y el KRG:
“En medio de la crisis que el país experimenta hoy debido al referéndum de la Región de Kurdistán, llamamos a todos los partidos involucrados a optar por el diálogo y la moderación, y poner un fin a la escalación del conflicto en los medios de comunicación.”
Los obispos esperan que ambas partes puedan trabajar los temas discutidos “para alcanzar una solución apropiada en vez de extender sentimientos de odio que son combustible para éste conflicto.”
Ante el temor de que los cristianos puedan quedarse atrapados en una lucha armada entre facciones que rivalizan por el poder, los obispos añaden: “Exigimos que la utilización de armas sea restringida únicamente a las fuerzas de seguridad oficiales del gobierno, a las cuales animamos a los jóvenes que lo deseen a unirse.”
Los obispos también honran en el documento al pueblo kurdo que ayudó a la comunidad cristiana cuando los expulsaran de sus hogares: “Indudablemente nosotros los cristianos nunca podremos olvidar cómo nuestros hermanos de la Región de Kurdistán, tanto pueblo como gobierno, nos recibieron y apoyaron a las personas desplazadas, no sólo a los cristianos sino también a otros miembros del pueblo iraquí.”