El Departamento de Estado de EE. UU. ha eliminado a Sudán de su lista negra de países opresores de la libertad religiosa, donde el país africano ha permanecido durante dos décadas, según un comunicado recogido por el ‘Sudan Tribune’.
La eliminación de Sudán de la llamada Lista de Países de Especial Preocupación sobre libertad religiosa, tiene lugar en plena transición democrática y proceso de normalización en las relaciones del país con Washington.
No obstante, el Departamento de Estado ha puntualizado que, en su lugar, Sudán pasará a formar parte de una «segunda división» representada en una Lista Especial de Vigilancia (SWL) para países donde la libertad religiosa sigue siendo frágil aunque no se vulneren claramente los derechos de las personas.
Sudán ha sido incluida en esta lista después de los importantes pasos que ha tomado el Gobierno de transición contra «las violaciones sistemáticas, continuas y atroces de la libertad religiosa» cometidas por el régimen del expresidente Omar Hasán al Bashir, derrocado en abril.
Entre estas medidas figura la reconstrucción o devolución de las iglesias atacadas durante el régimen de Al Bashir. Sudán ha sido el único país eliminado de una lista que ahora incluye nueve países: Birmania, China, Eritrea, Irán, Corea del Norte, Pakistán, Arabia Saudí, Tayikistán y Turkmenistán.
Petr Jasek
El cooperante cristiano Petr Jasek fue el protagonista de la última gran historia de persecución religiosa conocida por el mundo occidental en el país africano fronterizo con Eritrea, Etiopía, Sudán del Sur, República Centroafricana, Chad, Libia y Egipto.
Jasek fue liberado en febrero de 2017 después de más de una año encarcelado en las peores condiciones en Sudán, acusado de al menos seis crímenes que implicaban pena de muerte y por los que finalmente fue condenado a 20 años de prisión, que era tanto como condenarle a una muerte lenta, dado que en eaquél momento tenía 52 años.
La presión internacional hizo posible que fuera liberado a pesar de las acusaciones de «financiar movimientos rebeldes, espionaje y conspirar contra el Estado». En este sentido, la campaña emprendida por la plataforma MasLibres.org y CitizenGO tuvo especial incidencia. Tanto que el propio Jasek la calificó como de «muy importante» a su salida de prisión.
Los dos cooperadores locales de Jasek permanecieron en prisión un tiempo más después de la la liberación del checo, pero por fortuna fueron indultados tras ser concdenados a 12 años de privación de libertad, trres meses después de que Jasek regresara a Europa.
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