La persecución de cristianos en los últimos años es una realidad y en países como Pakistán la situación se agrava. Paul Bhatti vivió en primera persona las trágicas consecuencias de ser cristiano en un país de mayoría musulmana.
En 2011, su hermano, Shahbaz Bhatti, ministro de Minorías en Pakistán, fue asesinado por ser cristiano y defender a Asia Bibi, la paquistaní condenada a muerte sin pruebas, acusada de blasfemia.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraAhora, Paul Bhatti acaba de publicar su libro ‘La voz de la justicia’ con el que quiere demostrar que la muerte de su hermano no fue en vano, según informa la web All Stand Together.
Fanatismo, extremismo y violencia en Pakistán
«Quise escribir este libro porque quería compartir el mensaje de mi hermano. Tuvo que sacrificar su vida para dar su mensaje», asegura Bhatti.
Y añade: «Siempre estuvimos muy unidos, yo era el único que podía hacer público su mensaje y su vida. Esta es una herencia que no solo me pertenece a mí, sino a todos aquellos que quieren la paz en el mundo«.
«Creo que es importante que esta sea, no la ‘venganza’, sino un perdón, ya que para perdonar hay que tener coraje», detalla Bhatti.
Cuenta Paul Bhatti que en Pakistán generaciones enteras están creciendo bajo la influencia del extremismo, el fanatismo y la violencia. Aunque considera que los cristianos no deben responder con más violencia.
«No se puede responder a la violencia con más violencia porque si no nunca lograremos la paz, no lograremos ver el fondo de este problema». Hay que responder «con el perdón, ya que para perdonar hay que tener coraje y fuerza para que otros entiendan cómo logramos tener un corazón grande”, destaca.
El caso ‘Asia Bibi’
El ministro Bhatti se distinguió por defender a Asia Bibi, que lleva 8 años de cárcel, condenada a muerte en primera instancia por un supuesto delito de blasfemia, resultado de una disputa con unas vecinas y compañeras de trabajo por el uso de un pozo de agua.
Desde el primer momento Asia Bibi, católica y madre de familia numerosa, negó las acusaciones y se opuso a las tentadoras ofertas de apostasía que se le presentaron para evitar la cárcel y la pena capital.
Condenada en 2009 a la pena de muerte y Con el juicio anulado desde 2015, Asia Bibi permanece en prisión por su propia seguridad
Desde entonces, Asia Bibi ha permanecido entre rejas, con gran deterioro para su salud en algunos periodos de su confinamiento, con escasísimas visitas de sus hijos y su marido y con la pena de saber que al menos dos personas han sido asesinadas por defenderla.
El primero fue el gobernador de la provincia paquistaní del Punjab, el musulman Salman Tasser, traicionado por un miembro de su escolta privada.
Y el segundo fue Bhatti, acribillado a balazo por islamistas radicales.
El recorrido jurídico de este caso ha sido tortuoso. Sobre todo por las presiones de los grupos islamistas radicales hacia los abogados y los jueces, que ha llevado a que en numerosas ocasiones las vistas fijadas en las distintas instancias judiciales fueran retrasadas sin previo aviso.
Pese a todo, gracias a la presión internacional en la que han jugado un papel determinante numerosas organizaciones civiles como la plataforma MasLibres.org en defensa de la libertad religiosa y HazteOir.org, y la inconsistencia real de la acusación llevaron a la anulación de todo el proceso en 2015 debido a las numerosas irregularidades.
Asia Bibi podría haber salido a la calle entonces, a la espera de que se realice el nuevo juicio. Sin embargo, por su propia seguridad permanece encerrada en la cárcel, único lugar en el que se garantiza su integridad física.
El juicio debía haberse producido el 13 de junio de 2016 pero fue suspendido porque uno de los miembros del tribunal se inhibió en el último momento por haber participado en el juicio contra el asesino del gobernador del Punjab que la apoyó.
Más de un año después, Asia Bibi sigue en la cárcel.
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