Sudáfrica es una república independiente desde 1961; tiene tres capitales oficiales, una por cada poder de Estado, pero su ciudad más poblada es Johannesburgo. Su Constitución reconoce 11 idiomas oficiales y su población está compuesta en casi un 80% por población negra heterogénea, procedente de diferentes etnias.
El contacto de sus pobladores con los primeros europeos se produjo a finales del siglo XV, con la llegada de los portugueses. Durante los siglos XVII y XVIII se extendió la influencia de la Compañía Neerlandesa de las Indias. A caballo entre los siglos XVIII y XIX, Gran Bretaña hizo su aparición en el país, entrando en conflicto casi un siglo después con los boers, con quienes mantuvieron dos guerras. El descubrimiento de las minas de diamantes y oro jugó un papel esencial en estas disputas.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraSuperada la II Guerra Mundial, el Partido Nacional, cercano al Partido Nazional Socialista alemán, instauró el apartheid, por el que los derechos de la población negra fueron prácticamente suprimidos, además de hacer legales todo tipo de diferencias en función de la raza. El escándalo se alargó durante 35 largos años, hasta la victoria de Nelson Mandela, cuya militancia -en ocasiones violenta- en grupos comunistas contra el régimen le valió una larguísima estancia en la cárcel de 27 años. En 1994 Mandela fue elegido presidente de la República.
Pese al fin del apartheid, la desigualdad en el país se mantuvo, con cerca del 80% de las tierras en manos de la minoría blanca. A lo largo de los años, se ha procurado, mediante diferentes legislaciones, la redistribución de las tierras mediante expropiaciones compensadas.
Pero no son pocas las voces que han llamado a la expropiación forzosa sin compensación alguna y la violencia racial ha resurgido. Esta vez, de la población negra más radicalizada contra la minoría blanca, con episodios realmente escalofriantes.
La ley del péndulo está actuando con toda su crudeza en Sudáfrica, pero no es habitual encontrar en los medios generalistas noticias sobre este tipo de atropellos, tan injustificables como lo fue la marginación de la población negra en el pasado.
Nuestro compañero Javier Villamor ha acudido a las fuentes para arrojar luz sobre un fenómeno cada vez más radicalizado y sangriento que se ejecuta a la voz de “dispara al granjero” o “dispara al boer”. Una información que te adelantamos como amigo especial de Actuall. Maldita ley del péndulo.
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