Solo la semana pasada se han denunciado varios casos de persecución religiosa en varias partes del mundo. En P. José Martín Guzmán Vega, sacerdote mexicano, fue asesinado a cuchilladas en su parroquia de la localidad fronteriza de Matamoros ; en la India 40 peregrinos católicos han sido atacados por un grupo de hindúes radicales, y en el país Africano de Eritrea se ha denunciado que el gobierno ha arrestado a más de 150 cristianos en los últimos dos meses.
India
Se ha arrestado a seis sospechosos, afiliados de un grupo radical hindú, por el intento de asesinato y un ataque a un grupo de católicos que realizaban un peregrinaje de más de 400 kilómetros.
Los peregrinos, un grupo de 40 personas, marchaba hacia el santuario mariano de Velankanni, situado en el estado de Tamil Nadu, situado en el extremo Sur del país, desde Karnataka. Esta iniciativa se lleva a cabo anualmente desde hace décadas.
A los sospechosos se les acusa de cortar una carretera en la que marchaba el grupo, y recibirles con agresiones verbales y físicas. También pesan sobre ellos acusaciones de provocar disturbios, herir sentimientos religiosos y actuación para destruir la paz religiosa”, según informa la Union of Catholic Asia News reports.
La archidiócesis de Bangalore ha condenado este ataque “es una amenaza abierta a la libertad de expresión reconocida en la Constitución y la libertad de movimientos de un ciudadano del país”.
México
El P. José Martín Guzmán Vega, párroco de Cristo Rey de La Paz de Matamoros, México, murió el 22 de agosto luego de ser apuñalado en el interior de la iglesia por un desconocido.
El sacerdote murió a consecuencia de las múltiples heridas provocadas por arma blanca, tras ingresar en el hospital Dr. Alfredo Pumarejo. En un comunicado, el Obispo de Matamoros, Mons. Eugenio Lira Rugarcía, manifestó su «profundo dolor» por el «lamentable fallecimiento del presbítero José Martín Guzmán Vega, del que ya las autoridades competentes han comenzado las investigaciones para esclarecer los hechos y hacer justicia».
Eritrea
Alrededor de 150 cristianos del país africano han sido arrestados por las autoridades en los últimos dos meses. Se denuncia que varios han sido encarcelados en una prisión subterránea.
La prisión de Ashufera consiste en un vasto sistema de túneles, y las condiciones de los detenidos son muy duras, según fuentes locales recogidas por World Watch Monitor. “Se obliga a los presidiarios a cavar más túneles cuando se necesita más espacio para más prisioneros”.
El pasado 22 de agosto la Organización de Naciones Unidas conmemoraba por primera vez el Día Internacional de la Víctimas de Persecución Religiosa. Ni cuatro días antes en Eritrea se detenía a 80 cristianos en un barrio de la capital, Asmara.
El gobierno, de corte islamista, “nacionalizó” en junio pasado todos los hospitales y centros de salud que los cristianos tenían instalados en el país africano. La ONG Open Doors, que lleva una lista de 50 países donde se persigue a su población por la religión sitúa en el puesto número 7 a Eritrea.
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