Las luchas entre etnias en varios países de África han desangrado el continente en las últimas décadas ha ido desplazándose por los diferentes países. Uno de los que se encuentra inmerso en esa situación actualmente es Nigeria.
En los últimos meses los pastores fulani, de etnia musulmana, han causado más de 100 muertos en diversos ataques que han realizado en poblaciones mayoritariamente cristianas. El último en orden cronológico ocurrió el 24 de abril en la parroquia de San Ignacio de Ukpor-Mbalom en Mbalom, en la Gwer East Local Government Area del Estado de Benue. Ese día miembros de la etnia fulani mataron a 21 personas, entre ellas a dos sacerdotes, miembros que en otra población cercana fueron asesinadas otras 35 personas.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraPor ese motivo la conferencia episcopal del país ha convocado una marcha de protesta que tendrá lugar el próximo 22 de mayo en Makurdi, la capital del estado de Benue, que forma parte del llamado cinturón central (Middle Belt), en el centro de Nigeria, y que es la zona que divide el norte de mayoría musulmana, del sur en gran parte habitado por cristianos.
El secretario general de la Conferencia Episcopal ha invitado a las diócesis del país «a organizar reuniones pacíficas, procesiones de oración o cualquier manifestación de solidaridad
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Nigeria, el padre Ralph Madu, ha invitado a todas las diócesis del país «a organizar reuniones pacíficas, procesiones de oración o cualquier otra manifestación de solidaridad apropiada contemporáneamente con la manifestación de protesta en Makurdi».
“Los obispos que puedan viajar hasta Makurdi para la misa fúnebre están invitados a hacerlo, mientras rezamos para que esta directiva se comunique al clero, a los religiosos y a los fieles de la manera más efectiva posible”, ha afirmado en la declaración.
Los obispos nigerianos, que a finales de abril estaban en Roma para la visita ad limina, habían emitido una declaración en la que decían que estaban conmocionados y entristecidos por la masacre en la que los dos sacerdotes habían sido asesinados. Además acusaban a las autoridades estatales de no hacer todo lo posible para poner fin a la violencia, hasta el punto de pedir al presidente Muhammadu Buhari «que se retire con honor para salvar a la nación del colapso total».
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