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La odisea de Moussa: fue de Boko Haram, escapó, mataron a su hermana y cruzó África

Un grupo de miembros del grupo terrorista islamista Boko Haram/ EFE

Un grupo de miembros del grupo terrorista islamista Boko Haram/ EFE

Moussa tenía 21 años y soñaba con ser un gran abogado. Estaba a punto de ingresar en la universidad para conseguirlo. Sin embargo, su vida cambió cuando el grupo terrorista Boko Haram comenzó a tener mayor presencia en Nigeria.

“Yo vivía tranquilo con mi familia. No teníamos ningún tipo de problema, pero comenzaron las elecciones y Boko Haram comenzó a atentar. Pusieron una bomba detrás de mi casa, junto a la comisaría de Policía. La explosión derribó mi edificio y perdí a varios amigos. Desde ese día nada volvió a ser como antes”, relata a Actuall desde Tánger.

“El principal objetivo de Boko Haram es la Policía. Si tú te posicionas a favor de los agentes o por casualidad en un enfrentamiento concreto estás en la zona, los terroristas te identifican como enemigo y objetivo a batir”, explica el joven.

Cuando Moussa creía que iba a estar alejado de los terroristas, su tío le obligó a cometer dos atentados

Tras este duro episodio, su pesadilla no hizo más que empezar, ya que su tío le obligó a posicionarse a favor de los yihadistas y empezó a meterle en asuntos que el joven “no entendía”, relacionados con Boko Haram.

Logró evadirse de la organización fundamentalista y empezó a estudiar Derecho. Cuando Moussa creía que iba a estar alejado de los terroristas, su tío le obligó a cometer dos atentados.

Entonces, decidió huir de su país con su hermana, de 17 años, pero su rechazo a Boko Haram, le salió caro. En la huida, los terroristas asesinaron a la joven. “A mi hermana la asesinaron mientras cruzábamos la frontera de Nigeria con Camerún. En ese momento, la Policía se enfrentaba a los yihadistas y, en medio del tiroteo, acabaron con su vida”, balbucea casi cinco años después de vivir esta pesadilla.

“Las semanas en el desierto fueron una pesadilla. Todo el mundo se moría”, recuerda emocionado Moussa

En el desierto sin agua y sin comida

Dejando atrás el cuerpo sin vida de su hermana y pensando que por fin podría huir de su país y del terrorismo, Moussa se encontró de nuevo con la muerte. “Cuando salí de Nigeria no se me paso por la cabeza cruzar por la frontera, pero las personas que me acompañaban y mi primo me convencieron para pensar que en Europa tendría una nueva vida, así que comencé a cruzar Níger, Argelia y el Sáhara. Justo en la frontera con Argelia, la policía nos cogió y nos dejaron en medio del desierto. No teníamos ni agua ni comida”, cuenta.

Moussa vivió en el desierto durante dos semanas y todavía recuerda cómo al despertarse cada mañana se encontraba que muchos de sus compañeros de huida habían perdido la vida. “Las semanas en el desierto fueron una pesadilla. Todo el mundo se moría”, recuerda emocionado al tiempo que denuncia que “la policía en Marruecos nos quitaba todo el dinero que llevábamos y nos decía que para liberarnos teníamos que practicar sexo entre nosotros”.

Sobrevivió a la tragedia del Tarajal

En Marruecos volvió a enfrentarse con la muerte cuando  en 2014 sobrevivió a la llamada tragedia de la Playa del Tarajal (Ceuta) en la que 14 inmigrantes murieron ahogados. Entre ellos, su primo Larios. Moussa asegura que de ese episodio sólo recuerda como “un policía marroquí” le cogió del brazo y le “salvó la vida”.

Unas horas después de salir ileso de esta pesadilla, el joven nigeriano tuvo que identificar el cuerpo de su primo en la morgue del Hospital Hassan II de Fnideq (Castillejos). Al levantar la sábana descubrió, además, que su amigo Ibrahim, también había perdido la vida.

Sin embargo, allí conoció a una periodista española que descubrió su don para la pintura. “Una periodista española me pidió que contase la historia de la inmigración con pinturas y así también podría conseguir los papeles, así que empecé a dibujar todo lo que había vivido”, afirma.

«Los europeos que quieren cambiar las cosas pueden hacerlo, pero nosotros no», asume Moussa con desesperanza

Un dibujante sin papeles

Así este joven de 27 años comenzó a representar mediante 21 láminas en blanco y negro su huida clandestina hacía Níger, cruzando Malí hasta llegar a Argelia, la muerte de sus familiares, la tragedia en la playa El Tarajal (Ceuta) y el dolor de un inmigrante que tiene que dejar atrás su vida y su país para intentar sobrevivir. “Pintar me sirve para evadirme. Pinto con el corazón”, detalla Moussa.

Desde entonces, ya han pasado más de cinco años y la vida de Moussa apenas ha cambiado. Su historia es de sufrimiento y superación. Y, es que, durante este tiempo el joven nigeriano ha vivido en campos de inmigrantes cercanos a Ceuta y Melilla. Ahora sobrevive en la medina, una ciudad que ha descubierto a un artista ‘sin papeles’ que lo único que busca es una oportunidad.

Nos confiesa su único deseo: “Sé que es muy difícil cambiar las cosas en este mundo. Los europeos que quieren cambiar las cosas pueden hacerlo, pero nosotros no. Por ello, lo único que podemos hacer es minimizar los problemas y yo intento cambiar las cosas con mis exposiciones, para poder enseñar a la gente cómo son las cosas”.

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