Las cinco carmelitas del convento de Aguilar de la Frontera están viviendo las consecuencias de la intolerancia hacia los símbolos religiosos en España y un ataque directo a la libertad religiosa.
Tras un informe de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura y una decisión de la alcaldesa de Izquierda Unida, Carmen Flores, la cruz acabó en un vertedero de residuos de la construcción situado en Moriles, a diez kilómetros de la localidad.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraAhora, las religiosas han hablado con ABC para explicar cómo se sienten: «Estamos consternadas y muy dolidas por la afrenta hecha a Dios Nuestro Señor, por el Sacrilegio realizado a nuestro Signo Sagrado por excelencia, que es la Santa Cruz».
«Todo lo que hemos vivido es prueba de la ingratitud de los hijos de Dios, que le responde así cuando Él nos llena todos los días de alegría y de amor», admiten. Por su parte, el párroco, el padre Pablo Lora, ha enviado una misiva a los feligreses en la que admite que su oposición respecto a las decisiones municipales que suponían «un atropello a la fe, ya que la Cruz, ahora profanada, estaba desprovista de todo contenido político desde hacía más de treinta años».
En este sentido, la Agrupación de Cofradías de Aguilar ha emitido un comunicado donde afirman: «Siempre hemos trabajado en colaboración con nuestras instituciones, y lo seguiremos haciendo para la mejora de los intereses culturales, sociales y de promoción turística de Aguilar de la Frontera, sin tener en cuenta su ideología política, porque la Cruz de nuestra Fe nunca puede representar a ninguna, solo a nuestra religión cristiana y a sus valores».
Recogida de firmas para devolver la cruz
Desde la plataforma ciudadana, HazteOir.org, se ha puesto en marcha una campaña online para denunciar el hecho y pedir a la alcaldesa a que devuelva la Cruz de las Descalzas a su emplazamiento original, que respete a los vecinos que rezan allí, y el patrimonio cultural de su Ayuntamiento. La petición ha conseguido casi 33.000 firmas de apoyo.
«Derribar la Cruz de las Descalzas es una irresponsabilidad injustificable desde cualquier punto de vista, pero tirarla al vertedero, agraviando a los vecinos de su pueblo y a los creyentes de toda España, es de una bajeza que la descalifica para ostentar un cargo público», aseguran desde HazteOir.org.
Y añaden: «Con este alarde de odio solo consigue alimentar el revanchismo de aquellos que quieren resucitar las dos Españas. Solo consigue una falsa venganza a costa de los sentimientos religiosos del resto de los vecinos y de todos los cristianos, de cualquier signo político».
«Su actuación ataca a la libertad religiosa, a los sentimientos religiosos, y a la propia Ley de Memoria Histórica que bajo ningún concepto permite derribar una cruz exenta sin más simbología que la propiamente cristiana», concluyen.
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