La organización cristiana protestante Puertas Abiertas ha presentado su Lista Mundial de Persecución religiosa y subraya que en la actualidad 260 millones de cristianos viven en lugares donde son perseguidos por motivo de su fe, de tal forma que se ve cercenado el derecho humano a la libertad religiosa. Esto supone que 1 de cada 8 cristianos en el mundo es perseguido.
Asímismo, cerca de 10.000 iglesias han sido atacadas en el último año (9.488) lo que supone un aumento muy significativo respecto a años anteriores (1.847 en la Lista Mundial publicada en 2019 y 793 en 2018) y 3.711 cristianos han sido arrestados o condenados por su fe, según detalla Puertas Abiertas.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLas limitaciones a la libertad religiosa analizadas por Puertas Abiertas van desde la violencia física -que incluye el asesinato- hasta otras formas de acoso menos visibles que afectan a diferentes ámbitos de la vida cristiana (ámbito privado, ámbito familiar, ámbito social, ámbito de iglesia y ámbito nacional).
Los 50 países más peligrosos
La Lista Mundial de persecución religiosa elaborada por Puertas Abiertas establece un escalafón del que se destacan los 50 países donde la persecución a los cristianos es calificada de extrema, muy alta o alta.
En la cúspide de esta clasificación (persecución extrema) se encuentran, por este orden, Corea del Norte, Afganistán, Somalia, Libia, Pakistán, Eritrea, Sudán, Yemen, Irán, India y Siria.
Se trata de países donde existe la religión mayoritaria es el islam cuyos «motores de persecución» son la «opresión comunista» (Corea del Norte), el «totalitarismo» (Eritrea), el «nacionalismo religioso» (India) y, mayoritariamente, el «extremismo islámico».
Entre los países en los que se considera que hay una «persecución muy alta», se encuentran 34 países: Nigeria, Arabia Saudí, Maldivas, Irak, Egipto, Argelia, Uzbekistán, Myanmar, Laos, Vietnam, Turmekistán, China, Mauritania, República Centroafricana, Marruecos, Catar, Burkina Faso, Mali, Sri Lanka, Tayikistán, Nepal, Jordania, Túnez, Kazajistán, Turquía, Brunei, Bangladés, Etiopía, Malasia, Colombia, Omán, Kuwait, Kenia y Bután.
En el segundo grupo, a los «motores de persecución» ya explicitados con anterioridad, se suma la «corrupción y el crimen organizado» (Colombia).
En el último grupo, los de «persecución alta» se encuentran Rusia, Emiratos Árabes Unidos, Camerún, Indonesia y Níger, todos ellos afectados por el extremismo islámico.
La Lista Mundial de Persecución se realiza desde hace 25 años basada en encuestas exhaustivas a líderes cristianos locales y expertos sobre más de 100 países en los que hay indicios de persecución a cristianos. Además, una investigación exhaustiva determina el número mínimo de muertes y ataques contra cristianos e iglesias a causa de su fe para establecer el nivel de violencia anticristiana.
Glosario de motores de persecución
Opresión Islámica: Cualquier acción violenta o no violenta que tiene como fin someter a los cristianos al dominio islámico.
Nacionalismo religioso: Se usa la religión mayoritaria de un país (generalmente el hinduismo y el budismo, pero también el judaísmo ortodoxo u otras religiones) para sugerir que los cristianos no cumplen con los requisitos de ciudadanía.
Antagonismo étnico: Se aprovecha algunas normas culturales y tribales basadas en una religión tradicional para sugerir que los cristianos son extranjeros.
Proteccionismo Denominacional : La idea de mantener una denominación cristiana propia como la única expresión legítima del cristianismo en el país.
Opresión comunista / poscomunista: La monitorización y control de iglesias a través de sistemas de registro imparciales.
Intolerancia secular: La idea de que hay que erradicar la expresión cristiana de la vida pública e imponer un secularismo ateo.
Paranoia dictatorial : Hacer lo que haga falta para mantener el poder, incluso prohibir las reunión de grupos organizados, como los cristianos.
Corrupción organizada y delincuencia: La creación de un clima de anarquía y corrupción como medio para el enriquecimiento personal. Los cristianos a menudo hablan en contra de estas prácticas y por ello se convierten en objetivo.