La Asociación Enraizados puso en marcha el pasado mes de junio una campaña para pedir a la ONU que medie ante el gobierno chino y liberen al obispo de Xuanhua, Monseñor Agustín Cui Tai. El prelado lleva desaparecido desde mediados de abril de 2018 y se encuentra en paradero desconocido tras no adherirse a la Iglesia Patriótica.
La iniciativa ya cuenta con el respaldo de miles de ciudadanos de todo el mundo. Además, la secretaria del grupo de trabajo de la ONU para los desaparecidos forzosos o involuntarios (WGEID) se ha manifestado para pedir que un familiar de la víctima sea quien firme el formulario para que se empiece a investigar el caso.
La asociación denuncia la petición de la ONU
En declaraciones a Europa Press, el presidente de Enraizados, José Castro Velarde, ha explicado que la petición le parece «un contrasentido» y que siendo China un país donde los cristianos fieles al Papa «rezan en iglesias subterráneas», es «imposible» contactar desde fuera del país con un familiar directo de Monseñor Cui Tai debido a la «persecución a los cristianos» que existe en el país.
Y ha añadido: «Vamos a pedir a la ONU que se modifique este procedimiento. Es una paradoja más de Naciones Unidas para no enfrentarse a la falta de libertad religiosa que existe en la poderosa China».
Enraizados defiende que sus «únicos delitos» son su rechazo a la política religiosa del gobierno
Además, la asociación ha comentado que el obispo de Xuanhua ya había sido «fuertemente reprimido» durante varios años debido a su defensa de la Iglesia Católica en China. En este sentido, aseguran que lleva desaparecido desde mediados de abril.
Enraizados concluye que sus «únicos delitos» son su rechazo a la política religiosa del gobierno (la cual va en contra de los principios de la fe católica) así como «mostrar su negativa a inscribirse en la Asociación Patriótica de la Iglesia Católica China, que no reconoce la autonomía de la Iglesia y la figura del Papa como cabeza de la misma».
Por otro lado, la asociación ha mostrado su preocupación por el estado de salud del obispo ya que insiste en que «ha empeorado notablemente en los últimos años». Y, es que, el obispo padece una «aguda» gastritis, neurastenia, o vértigos, entre otros problemas de salud.
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