«No cometan el mismo error que se hizo con el genocidio en Ruanda. Que estaba a la vista de todos, pero ninguno lo paró. Y sabemos bien cómo terminó». Estas duras declaraciones las ha hecho monseñor Amove Avenya, obispo de Gboko, diócesis en el Estado de Benue, en Nigeria, con mayoría de población cristiana, a Ayuda a la Iglesia Necesitada.
No es el primero de los obispos de la zona del cinturón central de Nigeria que denuncia la situación que están viviendo los cristianos ante los cada vez más frecuentes ataques de pastores de la tribu de los fulani, islamistas, contra pueblos cristianos. Solo en el estado de Benue, casi 500 personas han sido asesinadas, convirtiendo lo que antes era un problema de índole económico -pastores que atacan a campesinos-, en un conflicto religioso. En los últimos días, nuevos ataques en la zona de Jos -capital de Estado de Plateau- han causado la muerte a más de 100 personas.
«Quieren dañar a los cristianos», ha afirmado el obispo Audu, «y el gobierno no hace nada para detenerles porque el presidente Buhari es también de la etnia de los fulani». A esta sospecha de protección por parte del gobierno no se llega únicamente porque la policía federal no hace nada al respecto, sino también por el hecho de que los pastores fulani cuentan con armas cada vez más sofisticadas.
«En Occidente todavía se considera al problema de los fulani como algo interno. No hagan lo mismo que con Ruanda, ¡no esperen a intervenir cuando ya tenga lugar el genocidio!»
«Hubo una época en la que estos pastores iban armados sólo con palos -ha explicado monseñor Avenya- pero ahora llevan rifles AK 47. Armas muy caras que ellos no pueden pagar. ¿Quién se las proporciona? Y además en esa zona hay puestos de control cada dos kilómetros, ¿cómo es posible que estos hombres armados con sus manadas se vuelvan invisibles?».
El pasado 22 de mayo todas las diócesis de Nigeria se unieron en una marcha de protesta para pedir al gobierno que protegiera a los cristianos. «Nuestros fieles son asesinados o viven continuamente como desplazados por la violencia -han aseguran los obispos de Lafia y Katsina Ala- y en Occidente todavía se considera al problema de los pastores fulani como algo interno. No hagan lo mismo que con Ruanda, ¡no esperen a intervenir cuando ya tenga lugar el genocidio!», ha insistido.
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