El número de muertos que han dejado los grupos yihadistas activos en África, con Al Shabaab y Boko Haram a la cabeza, ha descendido por tercer año consecutivo en 2018, si bien el Sahel está emergiendo como un nuevo teatro de operaciones para estas organizaciones, activas en trece países del continente en la actualidad, según un estudio publicado por el ‘think-tank’ Africa Center for Strategid Studies (ACSS), dependiente del Departamento de Defensa norteamericano.
Según el estudio, el total de víctimas mortales cayó un 12 por ciento hasta situarse en 9.347, siguiendo con la tendencia de los tres últimos años tras el pico alcanzado en 2015 de 18.728 muertos en acciones de yihadistas.
Esto se explica porque los principales grupos yihadistas han sido menos mortíferos en sus acciones: Boko Haram, un 35 por ciento menos; Al Shabaab, un 15 por ciento menos, y Estado Islámico, un 21 por ciento menos.
Boko Haram cometió 444 actos de violencia, lo que supone un 25 por ciento menos de actividad con respecto al año anterior
El grupo somalí Al Shabaab, vinculado a Al Qaeda y que también comete acciones en Kenia, ha sido un año más el más activo, con 1.515 ataques que le son atribuidos, casi tres veces más que los cometidos por el segundo en la lista, Boko Haram. No obstante, Al Shabaab ha perpetrado un 7 por ciento menos de ataques, si bien estos se han cobrado el 42 por ciento del total de víctimas (3.955).
En Somalia, también está presente aunque a un nivel muy inferior, Estado Islámico, que en 2018 perpetró 49 ataques, un ligero aumento respecto a los 34 que le son atribuidos a la filial del grupo que dirige Abú Bakr al Baghdadi en Somalia en 2017, informa Europa Press.
Por su parte, Boko Haram cometió 444 actos de violencia, lo que supone un 25 por ciento menos de actividad con respecto al año anterior. El grupo que lidera Abubakr Shekau, quien juró lealtad a Estado Islámico en 2015 pero fue expulsado de la organización posteriormente, mató a 2.052 personas en 2018.
Y mientras Boko Haram reduce su actividad, Estado Islámico en África Occidental (ISWA), facción escindida de la primera y que cuenta con el respaldo de Al Baghdadi, la incrementa. Según el estudio, el grupo que lidera Abú Musab al Barnawi triplicó sus acciones, pasando de 27 en 2017 a 83 el año pasado. Con ello también aumentaron sus víctimas, que alcanzaron las 687, un 58 por ciento más.
El yihadismo se extiende en el Sahel
Por otra parte, el ACSS ha resaltado el incremento de la actividad yihadista en el Sahel, donde operan varios grupos, incluidas filiales de Al Qaeda, así como Estado Islámico. Así, los ataques de estos grupos pasaron de 144 en 2017 a 322 en 2018, y el número de víctimas mortales casi se duplicó, hasta llegar a los 611 muertos frente a los 322 de un año antes.
Asimismo, ha destacado que en los últimos doce meses se ha producido una «rápida expansión» en la región, «desde el norte y el centro de Malí a partes de Burkina Faso y Níger». En el primero de estos dos últimos países, hubo 136 ataques, frente a los 24 de 2017, mientras que en Níger se produjeron 29, cinco veces más que los 5 de un año antes.
Egipto también siguió registrando actividad yihadista de la mano de Estado Islámico, cuya Provincia del Sinaí fue la responsable de 283 de los 344 ataques atribuidos al grupo islamista en el continente. El número de víctimas también cayó, desde 1.478 en 2017 a 1.170 en 2018.
Por último, el estudio hace referencia a la actividad yihadista de un grupo de nuevo cuño aparecido en el noreste de Mozambique y al que se conoce a nivel local como ‘Al Shabaab’, sin que esté claro si tiene algún vínculo con el grupo somalí. Durante 2018, este grupo cometió 55 actos violentos y mató a 164 personas.
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