Miles de cristianos se han convertido en un signo de esperanza para el futuro de la Iglesia en Irak ya que están regresando a sus aldeas en la Llanura de Nínive desde que estas fueron liberadas en octubre de 2016 del control del Estado Islámico (ISIS).
El padre Martin Banni, recordado por arriesgar su vida para rescatar el Santísimo Sacramento de su aldea en Irak, elaboró un informe, difundido en los medios locales, que recoge el número de las familias cristianas que han vuelto al Nínive, que “históricamente es considerada como la tierra natal de los cristianos iraquíes”.
En su reporte, el presbítero iraquí señaló que antes de la llegada del ISIS a mediados del 2014, vivían en Qaraqosh 50.000 personas. Tras la huida de los cristianos quedaron 25.000 habitantes. Después de la liberación de la ciudad han regresado mil familias.
En la aldea de Bartella vivían 10.000 personas y ante la llegada de los terroristas, los peshmerga, las fuerzas kurdas, evacuaron a toda la población
En la aldea de Bartella vivían 10.000 personas y ante la llegada de los terroristas, los peshmerga, las fuerzas kurdas, evacuaron a toda la población. Tras su liberación han regresado 50 familias.
Asimismo, en la aldea natal del padre Banni, Karamlesh, residían 840 familias y después de la invasión del Estado Islámico se quedaron unas 550. Después de la liberación han vuelto unas 70 familias. El sacerdote comentó que servirá unos meses más en Bagdad, la capital, y también regresará allí.
Telkef, otra de las localidades, tenía 35.000 habitantes de los cuales 3.500 eran cristianos. Tras la llegada del ISIS se quedaron 750 personas y todavía nadie ha regresado. La misma situación sucede en la aldea de Badnaya, donde residían 910 familias y permanecieron 450 después de la invasión de los terroristas.
Banni señaló que en la aldea de Tesqopa todavía no se sabe con certeza cuántos cristianos han regresado. Antes del conflicto vivían 1450 familias y han permanecido 825.
Mientras tanto, antes del ataque del ISIS en la pequeña localidad de Bakofa vivían unas 70 familias. Tras la expulsión de los terroristas han vuelto unas 30.
En Bashiqa vivían 750 familias y tras la ocupación de los yihadistas quedaron 550. Hasta la fecha solo han regresado 60.
Por último, en la aldea de Bahzani moraban 350 familias y después de la invasión del Estado Islámico quedaron 240. Ahora han regresado 40.
Banni dijo a ACI Prensa que en las carreteras que conectan los casi 80 kilómetros que hay entre la ciudad de Erbil, donde se refugió la mayoría de cristianos, y la Llanura de Nínive no hay protección del ejército iraquí.
“Solo hay cerca de 200 soldados: las Nineveh Plain Protection Units (NPU), que son cristianos que se ofrecieron como voluntarios para proteger a estas familias”, expresó.
En junio de 2014 los yihadistas invadieron la zona y forzaron a los cristianos a irse ya que los amenazaban de muerte si rechazaban convertirse al Islam o los forzaban a pagar un impuesto de sumisión
En junio de 2014 los yihadistas invadieron la zona y forzaron a los cristianos a irse ya que los amenazaban de muerte si rechazaban convertirse al Islam o los forzaban a pagar un impuesto de sumisión. Incluso en ciudades como Mosul, los cristianos fueron traicionados por sus vecinos y amigos musulmanes.
Según informó el ministerio de relaciones religiosas de la región autónoma del Kurdistán, el ISIS destruyó unos 100 lugares de culto en la Llanura del Nínive y Mosul, que en su mayoría fueron templos cristianos.
Por su parte, la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha lanzado una campaña para reconstruir las cerca de 13.000 casas de cristianos que fueron dañadas por los terroristas.
*Este artículo ha sido publicado en ACI Prensa.
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