Seguidores del grupo islámico Tehrik Labaik Ya RasoolAllah durante una protesta contra Asia bibi, una mujer cristiana condenada a muerte por blasfemia, en Karachi (Pakistán)
Seguidores del grupo islámico Tehrik Labaik Ya RasoolAllah en Karachi (Pakistán) / EFE

Los católicos de Pakistán han vuelto a sufrir en sus celebraciones la inestabilidad que reina en las calles de las principales ciudades del país.

Islamabad, Lahore o Karachi han estado parcialmente cerradas por las protestas que durante las últimas semanas han llevado a cabo los seguidores de Tehrik-e-Pakistan Labaik, un nuevo partido político fundamentalista islámico y que han provocado graves enfrentamientos con la Policía, con un balance de siete muertos.

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Las protestas se iniciaron después de que el ministro de Justicia, Zahid Jamid, hubiera aprobado una ley por la que los parlamentarios no debían hacer un juramento de lealtad al profeta Mahoma al jurar su cargo. Desde varios sectores radicales acusaron a Jamid de blasfemia y se lanzaron a tomar las calles de las principales ciudades. Durante las protestas, las viviendas de varios de los ministros fueron atacadas.

Los católicos han suspendido las procesiones por la festividad de Cristo Rey, para evitar cualquier conflicto y que se considerara como una provocación

En este clima de protesta, por la festividad de Cristo Rey, los católicos suspendieron varias procesiones que iban a realizar por las calles de Lahore, para evitar cualquier conflicto y que se considerara como una provocación. Además, ante la tensión en la calle, muchos católicos han preferido permanecer en sus casas por miedo a posibles ataques.

«Estábamos listos, pero teníamos que respetar la voluntad del personal de seguridad. Alguien podría interpretar erróneamente nuestros himnos en esta atmósfera de miedo y terror», dijo a AsiaNews Rafique, catequista, al final de la misa del 26 de noviembre, celebrada en la Catedral del Sagrado Corazón en Lahore.

También como consecuencia de estas protestas, los radicales han conseguido además la renuncia del ministro de Justicia, Zahid Jamid, lo que ha conllevado el fin del bloqueo en las ciudades.

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