El párroco de San Xosé Obreiro e Santa Rita de Vigo, Antonio Rodríguez Suárez, que fue operado por un derrame cerebral como consecuencia de una agresión perpetrada el pasado sábado por unos individuos que fueron a la iglesia a robar, se encuentra en coma inducido aunque estable y los médicos prevén «hacerle volver progresivamente a la normalidad».
Así lo ha transmitido este martes el Obispado de Tui-Vigo, en nombre también de la familia, en un comunicado por el que ha señalado que el sacerdote presenta en el post-operatorio «una apariencia exterior de normalidad», tal y como recoge Europa Press.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEn relación al «incalificable y triste acontecimiento» de la agresión «a manos de unos violentos», el Obispado ha trasladado su «sincera gratitud» por los «múltiples» mensajes de solidaridad y el interés que han recibido «desde distintos ámbitos e instituciones de la vida civil y eclesial».
Finalmente, ha lamentado «tan trágico suceso» y ha manifestado su deseo de que acontecimientos como este «desaparezcan de la vida social». «Cooperar todos, cada cual a su nivel, a que el respeto a las personas y a los bienes impere en la convivencia diaria», ha concluido.
Tal y como informó a Europa Press un sobrino del cura, los hechos ocurrieron entre las 17,00 y las 18,00 horas del pasado sábado, cuando supuestamente dos personas accedieron a la iglesia y, tras agredir al párroco, robaron algunos de sus objetos personales -entre ellos su cartera con la documentación- y parte de la recaudación.
Pese a todo, Antonio Rodríguez ofició la Misa de esa tarde, tras lo que fue a denunciar lo ocurrido y después a un centro médico para que le hicieran pruebas. En aquel momento «no le encontraron nada»; no obstante, al día siguiente cuando regresó a la iglesia para dar misa «se encontró mal», por lo que fue de nuevo a un centro médico, que le trasladó al Hospital Álvaro Cunqueiro.
Allí fue operado de urgencia por un derrame en el cerebro «producido por los golpes» que recibió, si bien de momento no se pueden valorar los daños producidos, según explicó su sobrino, que indicó que se cree que el día anterior a los hechos los agresores estuvieron «inspeccionando la zona».