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Muere la joven paquistaní que fue rociada con gasolina

Mujeres en Pakistán / Flick Anne Dirkse

La joven paquistaní Sonia Bibi murió el pasado martes en el hospital debido a las graves quemaduras que le infligió el hombre con el que había rehusado casarse en varias ocasiones, informó uno de los médicos que la atendía.

Durante su hospitalización a finales de octubre, Sonia, una cristiana de tan sólo 20 años, acusó a su excompañero, Latif Ahmed, de 24, de rociarle con petróleo e incendiar su ropa después de que ella rechazara su demanda de matrimonio por el rito musulmán

Los médicos creyeron al principio que la mujer estaba fuera de peligro, pero sus quemaduras, cerca del 40 al 50% de la superficie de su cuerpo, se infectaron, lo que terminó por provocar su fallecimiento. El incidente se produjo en una aislada localidad del distrito de Multan, en la provincia del Punjab. La policía detuvo al agresor.

Violencia extrema, pero habitual

Esta violencia extrema ha despertado una vez más la atención nacional e internacional sobreel sufrimiento que padecen en Pakistán las minorías religiosas, y en especial, las mujeres cristianas, en un país donde son víctimas constantes de abusos y violaciones. Según fuentes de la agencia vaticana Fides, más de mil mujeres son quemadas vivas al año en Pakistán, sobre todo en las zonas rurales.

El abogado cristiano, Sardar Mushtaq Gill, quien se ha ocupado de casos parecidos al de Sara, advierte que “es muy difícil tener justicia y llegar a un castigo para los responsables. En estos casos, a menudo, la policía no actúa o, peor, toma partido por los violadores”.

Y añade: “Las familias cristianas o los testigos sufren presiones para retirar las denuncias. La violencia contra las mujeres y ninos de las minorías religiosas a menudo sucede en silencio: las historias no emergen”.

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