Kayla Mueller era una joven estadounidense que decidió viajar a Siria como cooperante para ayudar a las víctimas de la guerra y de los yihadistas. Con tan sólo 26 años fue secuestrada por el Estado Islámico y tomada como esclava por su líder Abu Bakr Al Bagdadi, que la violó en repetidas ocasiones hasta que finalmente fue asesinada en febrero de 2015.
El martirio de esta joven cristiana se pudo conocer gracias a que otras chicas que estaban corriendo su misma suerte consiguieron escapar y contar al mundo las atrocidades de Estado Islámico.
Sus padres, Carl y Marsha Mueller, vivieron durante 18 meses con una angustia difícilmente descriptible hasta que finalmente les llegó la noticia. “Nos dijeron que Kayla había sido torturada, que era propiedad de Al Bhagadi”, contaba esta familia a la que habían informado desde el Gobierno de Estados que su hija había sido casada con el líder terrorista. “Todos comprendimos lo que eso significaba”, dijeron los padres.
Sin embargo, ni el terrorista más buscado del mundo ni las vejaciones a las que fue sometida consiguieron arrancarle la fe, su bien más preciado. Los padres de Kayla hicieron pública una carta escrita por ella en pleno cautiverio pocos meses antes de morir que muestran esta fortaleza fuera de lo común.
“No me he hundido, voy a seguir luchando. No tengáis miedo por mí, gracias a Dios volveremos a unirnos”, decía la joven en la misiva.
Además, hablaba desde los más profundamente de su corazón a sus padres: “Siento todo el sufrimiento que os he hecho pasar, perdonadme; mamá, me decías que al fin y al cabo lo único que tenemos es Dios. Estamos en un lugar en el que todo el sentido lo pone el Creador, y con vuestras oraciones me siento en manos de Dios”.
Apenas cuatro meses después Kayla moriría a manos de los yihadistas. Pero su testimonio logró poner cara a la barbarie terrorista y poner en valor la fuerza de la fe de una joven que no llegaba a los treinta años.
Los padres de Kayla Mueller, sobre Estado Islámico: “El mundo tiene que unirse y poner fin a esta situación, debemos presionar a los gobiernos para encontrar una solución”
Desde su muerte, los padres de Kayla no han cesado en su empeño de rendir homenaje a su hija y llevar a todo el mundo los valores por los que ella luchó y murió. “Nuestra relación con Dios no ha cambiado. Dios está siempre ahí, con nosotros, siempre. Me preguntan si estoy enfadada con Él; a veces me dan que pensar: ‘¿debería estarlo?’ Pero no, Dios no me ha enfadado en absoluto, como diría Kayla, el sufrimiento ‘no es algo normal’”, expresaba Marsha Mueller.
Esta voz es necesaria para combatir al Estado Islámico, para conocer el odio de este grupo. Por ello, este matrimonio también lucha a diario para conseguir acabar con el genocidio cristiano tal y como lo intentó su hija. “El mundo tiene que unirse y poner fin a esta situación, debemos presionar a los gobiernos para encontrar una solución”, afirmaban sus padres.
Un Congreso de gran calado internacional
El testimonio de la familia Mueller y su lucha para mantener la memoria de los que sufren la la violencia terrorista se podrá escuchar en la misma sede de la ONU de Nueva York durante el Congreso Internacional sobre Libertad Religiosa #WeAreN2016 organizado por CitizenGO y Maslibres.org.
Este será sólo una experiencia más de las que se podrán escuchar desde este jueves hasta sábado. Víctimas de la barbarie islamista, expertos, obispos y testigos darán voz a los cristianos perseguidos y a otras minorías religiosas que están siendo masacradas en el mundo.
La conferencia de inicio correrá a cargo del arzobispo Bernardito Auza, observador permanente de las Santa Sede ante las Naciones Unidas y el embajador Ufuk Gokcen, observador permanente de la Organización para la Cooperación Islámica ante las Naciones Unidas.
El arzobispo Auza presidirá la mesa junto a Carl Anderson, caballero supremo de los Caballeros de Colón, promotores del Informe sobre el genocidio contra los cristianos en Oriente Medio entregado a la Secretaría de Estado de los EE UU; el honorable Lars Adaktusson, europarlamentario sueco e iniciador de la resolución del Parlamento Europeo sobre el asesinato masivo sistemático contra las minorías religiosas a cargo del Estado Islámico; y, por último, Thomas F. Farr, director del Proyecto de Libertad Religiosa de la Universidad de Georgetown y primer director de la Oficina del Departamento de Estado de los EE UU sobre libertad religiosa internacional.
En una conferencia formada por testigos y víctimas de las atrocidades contra las minorías religiosas participarán el obispo de Kafanchan (Nigeria), Joseph Danlami Bagobiri; Carl and Marsha Mueller, padres de la protagonista de la historia contada anteriormente; el padre Douglas Al-Bazi, sacerdote caldeo católico secuestrado en Irak y la hermana María de Guadalupe, misionera en Siria.
El evento dentro de las Naciones Unidas concluirá con un panel de expertos sobre “Víctimas sexuales de crímenes contra la humanidad: ninas y mujeres cristianas y yazidíes” moderado por Kirsten Evans, director ejecutivo de la organización internacional “In Defense of Christians”. Contará con la colaboración de Samia Sleman, mujer yazidí secuestrada por el Estado Islámico”; la doctora Elisa von Joeden-Forgey, del Master of Arts in Holocaust and Genocide Studies Program, de la Universidad de Stockton y vicepresidenta de la “Asociación Internacional para el estudio del genocidio”; y Jacqueline Isaac, abogada humanitaria egipcioamericana y vicepresidenta de la organización Roads of Success.
Además de algunas de las personas que ofrecerán su testimonio en las Naciones Unidas, las ponencias y mesas redondas programadas contarán con Nina Shea, directora del Center for Religious Freedom; Joseph Fadelle, escritor iraquí; Kirsten Evans, director ejecutivo de la organización In Defense of Christians; Drew Bowling, asesor político del congresista de los EE UU Fortenberry, promotor de la declaración de genocidio en el Congreso norteamericano; familiares de Asia Bibi, cristiana pakistaní acusada de blasfemia y el padre Rodrigo Miranda, misionero chileno en Siria.
Dentro de los actos programados alrededor del evento en la ONU patrocinado por la Misión de la Santa Sede y el Congreso #WeAreN2016 tendrá lugar la presentación el viernes 29 del documental “Insha Alla- La sangre de los mártires”, producida por MasLibres.org y CitizenGO.
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