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Una mujer cristiana, apaleada tras ser acusada en falso de blasfemia en Pakistán

«Tabitha Nazir Gill, una mujer cristiana de 30 años conocida por cantar himnos Gospel en urdu, el idioma nacional de Pakistán, fue acusada de blasfemia el pasado 28 de enero; arrestada por la policía, fue liberada poco después de la investigación. La policía no ha encontrado nada que diga que la mujer ha cometido blasfemia”: así lo cuenta Nasir Raza, activista cristiano de derechos humanos involucrado en el caso que se ha producido en Karachi, al sur de Pakistán.

Nasir Raza, quien también es presidente del Comité Nacional de Paz para la Armonía Interreligiosa en la provincia de Sindh, comenta a la Agencia Fides: “Tabitha Nazir Gill, quien trabaja profesionalmente como enfermera en el Sobhraj Maternity Hospital en la ciudad de Karachi, ha sido acusada por sus colegas, con quienes ha trabaja desde hace 9 años”.

Tabitha fue atada con cuerdas, torturada y encerrada en una habitación

Raza agrega: “Tabitha, preocupada, pidió a sus hermanos y hermanas cristianos que oraran por ella diciendo: ‘Estoy en una situación difícil, los musulmanes de mi hospital me acusan’; poco después supimos que había sido acusada de blasfemia”.

Nasir Raza explica además que Tabitha fue golpeada «desde la mañana» bajo la acusación de haber proferido una blasfemia contra el Islam. «Tabitha fue atada con cuerdas, torturada y encerrada en una habitación. Tan pronto como nos dimos cuenta de esto, inmediatamente contactamos a los agentes de seguridad policial» para protegerla, describe Raza.

Según su testimonio, hay vídeos en los que se ve a las compañeras enfermeras del hospital golpeando a Tabitha Gill mientras ella negaba haber cometido algún delito.

La liberación de Gill se produjo después de una investigación de la Policía, que la llevó junto a su familia, que se ha trasladado a un lugar desconocido para su protección.

Según la información recibida por la Agencia Fides, se ha tratado de un malentendido entre compañeros, que degeneró en la peligrosa acusación de blasfemia, que en Pakistán prevé también la cadena perpetua o la pena de muerte.

Nasir Saeed, director de la ONG CLAAS (Centre for Legal Aid Assistance & Settlement), también ha condenado el episodio: “Es un alivio que las acusaciones contra Tabitha, presentadas por sus colegas, sean infundadas. Desafortunadamente, su vida nunca volverá a ser la misma, ya que ha tenido que dejar su hogar y esconderse. Quisiera elogiar a la Policía por la investigación rápida, justa e imparcial que han realizado. La Policía tiene un papel clave para determinar si se ha cometido blasfemia o si las acusaciones se construyeron de la nada, solo para ajustar cuentas personales”.

El Director de CLAAS añade: “Según nuestros estudios, la ley de blasfemia se sigue utilizando indebidamente para venganzas privadas. En 2020, unas 60 personas, incluidos nueve cristianos y cuarenta y siete musulmanes (en su mayoría de la comunidad chiita) fueron acusados ​​de blasfemia, mientras que al menos tres personas inocentes -un cristiano, un miembro de la comunidad Ahmadiyya y un musulmán – fueron asesinados en ejecuciones extrajudiciales, vinculadas a acusaciones de blasfemia”.

Saeed hace un llamamiento: “Es hora de que el Gobierno analice el asunto a fondo para detener el creciente uso indebido de la ley de blasfemia contra personas inocentes y hacer cambios cuando sea necesario, ya que la redacción de la ley de blasfemia permite abusos continuos”.

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