La película ‘Watu Wote: All of Us’ está nominada para el Oscar en la categoría de mejor cortometraje de ficción. Esta historia real narra el drama de los pasajeros de un autobús que se dirigía a Mandera, una pequeña ciudad en el noreste de Kenia, en la frontera con Somalia, en diciembre de 2015.
El grupo terrorista al-Shabaab intentó replicar el ataque que había llevado a cabo un año antes. En aquella ocasión los terroristas asesinaron a los pasajeros cristianos después de separarlos de los musulmanes. Una masacre que se saldó con 28 muertos.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraSin embargo, los pasajeros musulmanes se negaron a obedecer la demanda de los asaltantes de identificar a los cristianos entre ellos, salvándolos de la muerte.
En conversación con la fundación internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada -una de las patrocinadoras de la película-, el productor Tobias Rosen explica que la idea surgió de un «pequeño artículo de periódico al margen de las grandes noticias».
A partir de ese momento, según relata Rosen nació esta «historia increíble de la guionista Julia Drache que muestra que la solidaridad entre las personas y la acción de cada uno puede cambiar el curso de la historia».
En muchas partes del mundo y especialmente de África, grupos violentos y radicales islámicos intentan fomentar la desconfianza entre musulmanes y cristianos. En Kenia la masacre del grupo yihadista Al-Shabaab en la universidad católica de Garissa, donde fallecieron más de 150 estudiantes, o el ataque al centro comercial Westgate en Nairobi han dejado huella.
Ese ambiente de desconfianza y temor «con el que se ven confrontados habitualmente» se ve reflejado en el cortometraje que tiene como protagonista a una joven cristiana que perdió a su marido y un hijo en un ataque yihadista previo.
«Para nosotros era muy importante la autenticidad de la película así que buscamos un equipo de filmación en Kenia. El equipo y los actores eran keniatas y somalíes, musulmanes y cristianos. Entre los keniatas los había de todos los grupos étnicos. Era importante porque es un tema que nos involucra a todos», explica el joven productor de 34 años.
«Todos nuestros colegas africanos se han visto afectados por esa violencia y sus consecuencias. Por ejemplo entre los musulmanes: algunos habían perdido algún miembro de su familia asesinados o heridos en atentados, mientras que otros tienen parientes que han abandonado sus hogares y se han unido a Al-Shabaab. Es un dilema que desgarra la sociedad», revela Rosen.
Rosen: «Esa escena de cristianos y musulmanes, keniatas y somalíes bailando juntos bajo un sol abrasador, me quedará siempre en el recuerdo»
«La grabación en el desierto de Magadi –bajo una sol despiadado, sin tiendas de campañas, ni baños o algo parecido– fue uno de los momentos más difíciles. Además el agua era muy escasa. Pensamos que no lo íbamos a sobrevivir. Fueron cinco interminables días: sufrimos mucho», recuerda el cineasta.
Pero subraya «al mismo tiempo fue uno de los momentos más conmovedores porque en el mismo momento en que acabamos el rodaje, los somalíes del equipo rompieron de repente a bailar. Y al poco los keniatas se unieron. Luego nosotros. Esa escena de cristianos y musulmanes, keniatas y somalíes bailando juntos bajo un sol abrasador, me quedará siempre en el recuerdo».
Y es que el sufrimiento, pero también la convicción de que trabajar unidos puede cambiar la realidad, es el mensaje central de esta película. El cortometraje de la directora Katja Benrath y el camarógrafo Felix Striegel fue producido en 2016 como trabajo de graduación de la escuela alemana Hamburg Media School.
Más de 60 premios en festivales de cine
‘Watu Wote: All of us’ ha ganado más de 60 premios en festivales de cine, incluido el ‘Gold Student Academy Award’, los Oscar de los estudiantes de cine, y la nominación para los Oscars que serán otorgados en la nonagésima ceremonia de los Oscar, la noche del 4 al 5 de Marzo en Los Ángeles.
Así como el ‘Best African Film’ en el festival de Zanzíbar, «para mí personalmente el más gratificante al ser un reconocimiento por parte del continente africano a esa autenticidad a la que aspirábamos. Esta historia transmite por su universalidad y actualidad un mensaje que difícilmente puede ser más oportuno para la época que vivimos», concluye Rosen.