«¡Paren esta masacre!». Este ha sido el planteamiento común de los ‘Testigos de las atrocidades y del éxodo de los cristianos y otras minorías religiosas perseguidas’, que han ofrecido su testimonio esta tarde de jueves en el Congreso #WeAreN2016 patrocinado por la Misión de la Santa Sede ante la ONU y organizado por CitizenGO y MasLibres.org en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.

Presentados por Ignacio Arsuaga, presidente de CitizenGO, el obispo de Kafanchan (Nigeria), Joseph Danlami Bagobiri; los padres de la joven cooperante fallecida en su cautiverio por el Estado Islámico en Siria Kayla Mueller, Carl y Marsha Mueller; el  párroco en Erbil (Irak) P. Douglas Al-Bazi, secuestrado y torturado por los yihadistas; y la religiosa Sor María de Guadalupemisionera en Siria, han ofrecido el terrible retrato de un genocidio que golpea las conciencias, clamando al mundo que no retrase un minuto más su acción decidida para erradicar esta masacre que avergüenza al mundo: “¡Paren ya esta masacre!”, ha sido su petición a las naciones.

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En 2014, de cada 100 cristianos asesinados, 64 eran nigerianos

“El diálogo interreligioso es indispensable y motivo de encomio con los que sufren por su fe. Los cristianos no creen en las venganzas ni en retribuciones, pero necesitamos que la comunidad internacional sume hechos fehacientes y no propaganda: más de 30 millones de cristianos en el Norte de Nigeria que sufren terriblemente, esperan una respuesta”, ha comenzado Danlami Bagobiri.

Tras el espectacular crecimiento del cristianismo en Nigeria en el último siglo, hasta conformar una minoría de 35 millones de fieles de una poblacion total de 170 millones, “ahora hacemos frente a un cuadro sombrío por el impacto devastador de la persecución religiosa de las más mortíferas organizaciones decidas a imponer el califato islámico en el país: Boko Haram y los nómadas de los pastores Fulani”, ha denunciado el obispo.

“Ambas organizaciones matan, destruyen propiedades, atentan persistentemente como guerrillas, bombardean y protagonizan toda clase de persecuciones y marginaciones, también contra los musulmanes que se oponen a ellos”, ha añadido al tiempo que aportaba cifras del genocidio.

Más de 11.000 cristianos asesinados en el norte de Nigeria, 13.000 iglesias destruidas, 1,3 millones de cristianos desplazados…. El prelado recordó que el 80 por ciento de los que sufren persecución religiosa son cristianos. En 2014, de cada 100 cristianos asesinados, 64 eran nigerianos.

Una situación que, como ha añadido el prelado, se hace más difícil de solucionar por la doble ideología que define el sistema político del país: “Si bien se define como un régimen pluralista, con más de 300 etnias, existe un esfuerzo por amalgamar la democracia con la teocracia islámica que ya fue introducida solapadamente en la Constitución por dictadores militares”.

Por ello, Danlami Bagobiri ha apelado a la acción internacional, recordando que “nuestra lucha no es contra el Islam, pero nos preocupa que quienes cometen estas atrocidades digan hacerlo en su nombre”.

“El mundo no puede aceptar este sufrimiento como algo normal”

A continuación han tomado la palabra Carl y Marsha Muellerpadres de la joven cooperante Kayla Mueller, fallecida durante su cautiverio en Siria bajo a manos de los terroristas islámicos. Los Mueller se preguntaron por el silencio internacional sobre la situación en el país, recordando las palabras de su hija: “Quiero que le digan al mundo cuál es la situación en Siria –escribía-: bombas, tiros, violencia, no hay empleos… Sólo sobreviven, viven por vivir…”.

“Todo ser humano debe actuar, deben poner fin a esta violencia que mata a mujeres y a ninos –añadía Kayla -. Esto es demasiado. Me gustaría que el mundo pudiera ver la verdad. No podrán soportarlo. El mundo no escucha”. Ya en sus últimos días, señalaba desde su prisión: “Lo único que tenemos realmente es Dios, me he rendido ante nuestro Creador, porque no había nadie más. Por Él me he sentido arropada, la fe me descubre que en la prisión también uno puede ser libre”.

Karl y Marsha Mueller, padres de Kayla, cooperante muerta a manos del Estado Islámico en Siria /Actuall
Karl y Marsha Mueller, padres de Kayla, cooperante muerta a manos del Estado Islámico en Siria /Actuall

Es nuestro deber que se siga oyendo su voz, mostrando al mundo lo que Kayla vio. El mundo no puede aceptar este sufrimiento como algo normal, hay que darlo todo por la paz, la justicia y la libertad religiosa”, han concluido los Mueller.

“Asistiendo al fin de cristiandad en la tierra que lo vio nacer”

Con igual  convicción ha lanzado su mensaje el P. Douglas Al-Bazi: “Fui secuestrado y torturado solo por ser cristiano en Irak; a  diario veía mi camisa ensangrentada. Nunca más quiero ver sangre en mi pueblo. ¿Quién asume la responsabilidad moral hacia los cristianos que siguen en Irak, los refugiados que aguardan en una situación desesperada poder regresar a su tierra?”,  ha exhortado.

Antes de esta persecución había más de 1,5 millones de cristianos en Irak.  Hoy a duras penas se superan los 200.000, la mitad desplazados a campamentos, principalmente en el Kurdistán. “De no comprometer una acción internacional decidida, estaremos asistiendo al fin de cristiandad en  la tierra que lo vio nacer… Los cristianos de Irak seguiremos menguando día a día, hasta ser tan pocos que el mundo nos olvidará por completo… No somos piezas de museo, somos personas que tenemos derecho a vivir en paz y con dignidad en nuestra propia tierra”, ha concluido.

El padre Douglas Al-Bazi fue secuestrado por el Estado Islámico /Actuall
El padre Douglas Al-Bazi fue secuestrado por el Estado Islámico /Actuall

El ejemplo de los cristianos sirios

Por su parte, la hermana María de Guadalupe, misionera argentina del Verbo Encarnado con 18 años de entrega en Oriente Medio, los últimos cuatro en Alepo (Siria), ha explicado que los barrios cristianos son “los más castigados, el primer blanco de los fundamentalistas”.

“Pero  las  iglesias siempre están llenas. Me dice uno de nuestros jovenes: ‘que entren, que  tomen la ciudad y que me corten la cabeza, soy cristiano y  no voy a dejar de serlo’. Así son nuestros cristianos perseguidos: dispuestos a dar su vida antes que renegar de Jesucristo”, ha añadido.

La hermana María de Guadalupe, ha sido misionera en Siria y otros países de Oriente Medio /Actuall
La hermana María de Guadalupe, ha sido misionera en Siria y otros países de Oriente Medio /Actuall

Sor María Guadalupe ha recordado a una mujer cristiana que fue atada a la columna para que todo el que pasase la golpease hasta que pidiese convertirse al Islam, “sin lograr que ella apostatara”. “Cristianos decapitados y crucificados todos los días, mujeres violadas, ninos enterrados vivos por ser cristianos, a la vista de sus madres”, ha descrito.

“Necesitamos oraciones, y con ello, difundir la verdad sobre este genocidio y colaborar, no solo con lo material o atendiendo a los refugiados, sino comprometiéndonos seriamente a hacer todo cuanto esté en nuestra mano para detener esta masacre”, ha concluido.

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