
Parece que la palabra ‘cárcel’, alberga pocas esperanzas para las personas que cumplen algún tipo de condena en ella. Sin embargo, los reclusos de Camerún han encontrado un lugar donde refugiarse y crecer, gracias a la labor de los religiosos.
Como la hermana Orencya, palotina que desde el 2009 trabaja en el ambiente carcelario y ha sido testigo de la conversión de muchos reclusos. Concretamente, la misionera realiza su labor en la Prisión Central de Bafoussam dos veces a la semana. Esta cárcel se compone de un sector para mujeres, uno para hombres adultos y uno para adolescentes. Hay alrededor de 1.000 reclusos, tal y como lo recoge Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraDurante 20 años ha habido una comunidad cristiana dentro de la prisión, dirigida por un capellán, los voluntarios de la Asociación ‘Justicia y Paz’, los novicios de los padres javerianos, la religiosa Orencya y presos catequistas. Además de escuchar atentamente a los detenidos y recibir asistencia material (medicinas, ropa, comida), organizan momentos de oración, catequesis, misas. Esta comunidad está bajo el patrocinio de Marcelo Callo.
Ayuda a la Iglesia Necesitada ha prometido seguir apoyando la pastoral penintenciaria en Camerún y acaba de aprobar un proyecto de 9.000 euros para la atencion pastoral de los reclusos
Tal es la labor de la Iglesia en esta cárcel que los reclusos han querido mostrar su agradecimiento a través de cartas en las que se puede leer: «Ustedes transformaron nuestra capilla en un paraíso». O: «Al recibir tanto apoyo de su parte, hemos entendido que no estamos abandonados a pesar de nuestras faltas y que el Señor siempre está con nosotros. Gracias a Dios y a ustedes, me siento feliz de poder vivir mi encarcelamiento en paz, alegría y en el Amor de Cristo».
Uno de los presos aseguraba también en su masiva: «Muchos de los fieles se han convertido, y muchos que no venían a la iglesia ahora son los primeros en llegar a la capilla en el día del Señor. Con sus gestos ustedes han atraído a las almas que tomaron la firme decisión de cambiar y bautizarse«. Mientras que otro señalaba: «Dios me permitió entrar a esta prisión para conocerle. Afuera, yo vivía en el libertinaje. En esta prisión, estoy en un camino de conversión y cambio radical de mis formas de pensar. Todo esto gracias a Dios y a ustedes por la manifestación de su bondad en mi vida».
Por otro lado, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha prometido seguir apoyando la pastoral penintenciaria en Camerún y acaba de aprobar un proyecto de 9.000 euros para la atencion pastoral de los reclusos de las cárceles más importantes de Kumbo y Nkambe, en la zona anglófona del país.