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«Tengo 18 años y mi hermano fue concebido en una violación»

Spencer pasea con su hermano pequeño, que fue concebido en una violación.

Spencer pasea con su hermano pequeño, que fue concebido en una violación.

Aunque no son muchos los testimonios de madres que, con un coraje desmedido, dan a luz a los hijos que concibieron en el curso de una violación, hay algunas organizaciones que se dedican a darles apoyo y a transmitir, en el caso de que así lo deseen sus ejemplares historias de defensa de la vida humana.

Como cualquiera puede imaginar, la circunstancia de una violación, además de a la mujer, afecta a todo su entorno. Es el caso de los maridos y los hijos, de cuya reacción ante semejante ataque a la integridad física y moral, puede depender, en parte, su recuperación.

Spencer es hijo de Jennifer Christie, una de las portavoces de Save the One (Salvar uno), una organización centrada en divulgar historias de madres que no quisieron añadir, al crimen de la violación, el crimen de matar a sus hijos. El marido de Jennifer, Jeff, tuvo el valor de acompañar a su mujer en todo este proceso de una forma excepcional. Un testimonio impresionante, sin duda.

Hace cosa de un año, cuando Spencer tenía 17 años, Jennifer le explicó todo lo referente a cómo fue concebido su hermano pequeño y cómo apostaron por su vida. Ahora, cuenta su experiencia como adolescente y hermano de un chico que fue concebido de una forma terrible, pero que es, desde el principio, parte imprescindible de su familia. Este es su testimonio:

«Mi nombre es Spencer. Tengo 18 años, pero creo que no soy el típico de 18 años. Prefiero cerca de casa y permanecer con mi familia. Podrías decir que mi casa es mi red de seguridad.

En casa, puedo ser yo mismo, lo cual es particular. Soy protector y respetuoso con las mujeres de mi vida. Nunca pierdo la oportunidad de abrir una puerta u ofrcer mi abrigo a mi madre, mi novia o mi hermana.

Stephen respeta a su padre «por haber gestionado de la forma en que lo hizo todo lo relativo a la violación de mi madre y el consecuente embarazo»

Aparte de esto, socialmente soy un poco torpe y me pongo nervioso entre las multitudes, por lo que no voy a ser un portavoz provida o nada parecido como mi madre.

Soy un adolescente muy ansioso, pero de nuevo, junto a mi familia, puedo explorar toda la profundidad de mi personalidad: es ese tipo de hogar. Así que no soy el típico adolescente, pero aquellos a quienes quiero me aceptan por lo que soy y les aprecio por ello.

Mi gran pasión es la informática. Me divierte construir y programar aparatos eléctricos y soy un desarrollador de aplicaciones. Mis ‘apps’ no soy muy populares, pero me divierto haciéndolas. Esto es un poco sobre mí y quién soy.

Probablemente el respeto por las mujeres lo he sacado de mi padre y aspiro a ser el hombre que él es. Especialmente le respeto por haber gestionado de la forma en que lo hizo todo lo relativo a la violación de mi madre y el consecuente embarazo. Si me preguntas, él es como es un hombre de verdad.

Cada uno de mis hermanos vivió de forma diferente el ataque contra mi madre y, teniendo en cuenta lo cercanos que somos mi madre y yo, me costó un poco más. Simplemente me quedé en el fondo de mi mente y seguí imaginándome algún día en el lugar de mi padre y cómo me haría sentir.

Recuerdo el día en que mamá llego a casa de lo que parecía un larguísimo viaje de trabajo y tan pronto como la vi entrando por la puerta principal, supe que nuestra familia habría cambiado para siempre. Entró con su sonrisa de felicidad en la cara. No había visto esa sonrisa desde hacía tiempo – no desde antes del ataque-. Había cambiado, pero en ese momento, volvimos a tener a nuestra esplendorosa mamá.

«Le dije a mi madre: ¡Es terrible! El niño no hizo nada. No pudo imaginar nuestra familia sin él”

Mi hermano más pequeño en ese momento, Noah (que ahora tiene 11) corrió a saludarla y ella tomó su mano y se la colocó en su tripa. Él no supo entonces lo que significaba, pero yo sí. Noah sólo apoyó su cara en su regazo.

Cuando mi madre nos contó que estaba embarazada, un montón de emociones me recorrieron el cuerpo. Excitación, esperanza, y preocupación. Mi madre lo pasó fatal embarazada de Noah y estaríamos cuidando de un recién nacido. Éramos una familia de seis y las cosas en casa podrían ponerse muy salvajes y agobiantes. Pero ahora, mi precioso, dulce y querido hermano bebé es una parte de esa locura.

Debía ser como hace un año cuando mi madre me contó cómo llegó la mayor bendición de nuestra familia y la razón real de que nos mudáramos lejos de Carolina del Norte. Era demasiado para un entonces chico nervioso de 17 años, pero lo acepté. Ella me explicó con detalle cómo la gente trata a los niños concebidos en una violación, cómo las personas creen que el aborto está bien y le dije a mi madre: “¡Es terrible! El niño no hizo nada. No pudo imaginar nuestra familia sin él”.

Este hecho no me hace mirar a mi hermano de una forma diferente ¡De ninguna manera! De hecho es la única cosa en la que mis hermanos y hermanas estamos de acuerdo.

A pesar de cómo mi hermano bebé fue concebido le quiero mucho, como al resto de mis hermanos. Este niño ha sido una bendición para nuestra familia. Siempre he pensado en él como una bendición

No solo mi hermano me ha robado el corazón, sino que también estoy muy orgulloso de mi madre por usar la tragedia en la que se vio envuelta y su historia para salvar vidas e inspirar a la gente. Mis padres son realmente únicos. Les quiero muchísimo y siempre apoyaré a mi madre por ser la mujer fuerte, orgullosa y dulce que es.

El aborto me pone enfermo, así que también quiero seguir amando al bebé, aunque la violación de mi madre aún me impacta mucho. No puedo imaginar a la mujer que quiero pasando por semejante trauma, pero adoro la forma en que mi padre los gestionó y quiero crecer para ser como él».

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