Irene Montero quiere facilitar aún más el aborto provocado en España.
Irene Montero quiere facilitar aún más el aborto provocado en España.

Es día de Nochebuena y les aseguro que nada me apetece menos que escribir sobre una tragedia el mismo día en el que nos reuniremos -los que podamos- para celebrar el Nacimiento de Dios hecho hombre.

Pero creo que debo escribir sobre el aborto este día de Nochebuena precisamente siguiendo dos indicaciones bíblicas. La primera es del evangelio de San Lucas y la pronuncia Jesús cuando los fariseos le reprochan que sus discípulos le aclamaban a la entrada de Jerusalén como Rey. La respuesta de Cristo es tajante: “Os digo, que si estos callan, gritarán las piedras”.

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La segunda frase es también evangélica, concretamente de San Mateo: “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”.

Pues para que no hablen las piedras si hoy yo me callo y porque los niños tienen un sitio especial en el Cielo voy a hablar de los más pequeños. En particular de los 99.149 niños por nacer que han sido víctimas del aborto provocado en España en el año 2019. De esta trágica cifra nos ha informado el Ministerio de Sanidad el mismo día de la Lotería Nacional.

El PSOE se lleva la matrícula de honor de partido abortista. Pero también el PP, que no hizo absolutamente nada en las legislaturas en las que gobernó, algunas con mayoría absoluta

Para que se hagan ustedes una idea, la población de Lugo es de 98.276 personas. Les invito a que imaginen una explanada o un recinto, por ejemplo un estadio (en el Camp Nou, el mayor de España, caben 99.354 personas), repleto de bebés. Casi 100.000. Pues todos ellos han perdido la vida, de forma violenta, antes de nacer. 

El director de Actuall ya ha analizado los datos en este artículo, al igual que la portavoz y coordinadora de Derecho a Vivir, Rosana Ribera de Gracia, que ha calificado al ejecutivo de Sánchez de “Gobierno de la muerte”.

Y todos, me duele decirlo, tenemos alguna responsabilidad en esta tragedia. Unos más y otros menos. Pero por omisión o por no denunciarlo a tiempo y a destiempo somos, en cierta manera, cooperadores. 

Naturalmente, son más culpables los que ejecutan el aborto y los que le han dado, desde 1985 hasta ahora, amparo legal. En ese sentido, el PSOE se lleva la matrícula de honor de partido abortista. Pero también el PP, que no hizo absolutamente nada, ni siquiera un sencillo cambio en los protocolos médicos o en la atención a la mujer embarazada, en las legislaturas en las que gobernó, algunas con mayoría absoluta. Y, por supuesto, todas las administraciones autonómicas, que tendrían mucho margen, incluso con la regulación actual, para reducir el número de abortos en sus respectivas comunidades.

Por fortuna también hay profetas en nuestro tiempo. Y han llegado a los parlamentos españoles para, entre otras cuestiones, dejar de ser cómplices de la matanza de inocentes y romper la espiral del silencio. Me refiero en concreto a tres parlamentarios de Vox que se han atrevido a hablar del aborto en las sedes de la soberanía popular.

En primer lugar, la doctora Gádor Joya, referente indiscutible del movimiento provida en España, quien ha hablado del aborto en varias ocasiones en su calidad de diputado de la Asamblea de Madrid. La última de sus intervenciones la pueden ver aquí y se produjo con motivo de una iniciativa parlamentaria de VOX contra la discriminación de las personas con discapacidad en su derecho a nacer. Por cierto, la propuesta del partido verde no salió adelante porque no contó con el apoyo de Ciudadanos, formación política que, sin haber alcanzado nunca el poder, también respalda la matanza de inocentes.

La segunda intervención fue de otro parlamentario regional, el procurador en las Cortes de Castilla y León de Vox, Jesús García-Conde. Se atrevió a pedir algo esencial: que la mujer tenga derecho a toda la información sobre el bebé que lleva dentro, concretamente ver la ecografía y escuchar el latido de su corazón antes de someterse a un aborto. El legislador vallisoletano denunció, en el marco de una pregunta al presidente de la Junta de Castilla y León, que el 8,2% por ciento de los embarazos de las mujeres castellanoleonesas acabaron en aborto.

La tercera intervención es del diputado nacional de Vox Francisco José Contreras. En su magistral discurso pronunciado en la Comisión de Transición Ecológica, el parlamentario sevillano denunció que en España “uno de cada cinco embarazos en España termina en aborto”. 

El rollito de que la educación sexual de los jóvenes reducirá los embarazos y los abortos no se lo cree ya ni el más tonto del Gobierno de Sánchez

Ojalá nuestros parlamentos se llenen de legisladores sensibles al derecho a nacer. Mientras, no me cabe duda -seguimos con la Biblia, que para eso estamos en Nochebuena- de que los nombres de Gádor Joya, Jesús García-Conde y Francisco José Contreras estarán inscritos en el Libro de la Vida que se menciona en el Apocalipsis.

Pero volvamos a las cifras del aborto en 2019. Vuelvan a imaginar un estadio de bebés cubiertos de sangre a los que no se les ha permitido nacer. La imagen es dantesca como lo es el hecho de que se haya acabado con la vida de los bebés en el recinto más seguro, que es seno materno.

¿Y cuál es la respuesta de nuestros gobernantes frente a los casi 100.000 niños no nacidos en el año 2019? Pues la ministra de Igualdad, Irene Montero, no dijo nada sobre el eufemismo “interrupción voluntaria del embarazo” el día que se hicieron públicos los datos. Tampoco el Ministerio de Sanidad mencionó tan desagradable estadística a pesar de que los datos los habían hecho públicos en su web. Eso sí, el departamento de Salvador Illa recomienda que nos cuidemos unos a otros en su felicitación navideña. Pero a los niños por nacer no sólo no los ha cuidado sino que ha favorecido su eliminación.

Si les espanta la imagen del estadio repleto de niños abortados sepan que  ya nos ha prometido la ministra de Igualdad, Irene Montero, una reforma de la actual legislación que permite abortar en España. Así que previsiblemente aumentarán los abortos en los próximos años porque el rollito de que la educación sexual de los jóvenes reducirá los embarazos y los abortos no se lo cree ya ni el más tonto del Gobierno de Sánchez, que no me atrevo a decir quien es porque los candidatos abundan.

Estamos en Nochebuena y es momento de recordar que al Niño que nace hoy también se lo quiso quitar de en medio un político de su época, el rey Herodes. Y para ello, no dudó en ordenar que se matara -nos dice el evangelio de san Mateo- “a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo”.

Confío en que los Niños Por Nacer que han sido víctimas del aborto en 2019 gocen de la presencia de Dios esta Navidad. Mientras, en el mundo, prosigue la lucha entre los partidarios y artífices de la cultura de la muerte y los defensores de la dignidad y la vida, especialmente de los más pequeños y necesitados de protección. 

A los que combaten el aborto, desde el Cielo, los apoyan los Santos Inocentes que fueron mártires y que recordaremos el próximo 28 de diciembre. Y también los millones de niños a los que se ha eliminado en estado prenatal gracias a los Herodes que pueblan nuestros parlamentos y gobiernos.

Y, sobre todo, a los defensores de la cultura de la vida los sostiene el Niño que se escapó de las garras del déspota que ordenó la matanza de los Inocentes. Que esta Nochebuena contemplemos a Jesús, Señor de la Vida, y le pidamos que ningún niño sea condenado a muerte ni antes ni después de nacer.

Feliz y Santa Navidad a todos. 

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