La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, durante su toma de posesión. /Wikimedia
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, durante su toma de posesión. /Wikimedia

La despenalización del aborto en Chile puede hacerse realidad en antes de que acabe este primer semestre del año si se aprueba el proyecto de ley ‘3 Causales’ propuesto por la presidente Michelle Bachelet.

El país suramericano es uno de los cuatro del mundo que prohíbe el aborto en todas las circunstancias desde 1989, cuando el dictador Augusto Pinochet reformó el artículo 119 del Código Sanitario penalizando esta práctica.

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Sin embargo, el 31 de enero de 2015, la actual mandataria envió al Congreso Nacional un proyecto de ley que despenaliza el aborto en tres supuestos: peligro de vida para la mujer, inviabilidad fetal extrauterina y embarazo por violación.

Seis meses después de ser presentado y discutido, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobó la idea de legislar sobre la iniciativa, por ocho votos a favor y cinco en contra. Desde entonces, el proyecto se ha discutido en la cámara legislativa.  Según se expone en el proyecto de ley, esta normativa “hace parte de una agenda de género transversal, que se impulsa desde el Programa de Gobierno”.

Dicho argumento es apoyado por Marcela Aranda, coordinadora del Observatorio Legislativo Cristiano y asesora legislativa, quien considera que esta ley responde a “la ideología de género, que busca hacer una reestructuración profundamente materialista del hombre”.

Según Aranda, en Chile las condiciones de salud pública son óptimas: “No es como en otros países donde los grupos feministas apelan al desangramiento de las mujeres por abortos mal practicados o a las bajas condiciones de salubridad”, explica. “Aquí ya tenemos anticonceptivos y la píldora y además tenemos la tasa de mortalidad materna más baja de la OCDE, solo nos gana Canadá y Estados Unidos”, añade.

Su afirmación se basa en un estudio realizado por la Iniciativa Chilena de Investigación en Mortalidad Materna, en el que se concluyó que ese país es ejemplo de reducción de mortandad materna por casos de embarazo.

Según el estudio, en 2008, dicho índice disminuyó a 16,5 por cada 100.000 nacidos vivos, posicionando a Chile como el país con la segunda menor tasa en el continente americano después de Canadá y con dos puntos menos que Estados Unidos.

Las razones del Gobierno

Según Bachelet, el proyecto busca despenalizar el aborto “en tres causales se hace cargo de experiencias de vida críticas”.  “La prohibición absoluta y la criminalización de toda forma de interrupción del embarazo no han impedido ni impiden su práctica en condiciones de riesgo para la vida y salud de las mujeres, y, por el contrario, se traducen en una vulneración de sus derechos”, según se expresa en la carta motivacional del proyecto de Ley.

A su vez, se considera que el Estado “no puede imponer una decisión a las mujeres, ni penalizarlas, sino entregar alternativas” entre las que estaría “el acceso a los tratamientos médicos necesarios para preservar su vida, aún cuando la realización de los mismos implique la interrupción del embarazo”.

Las ninas menores de 14 años podrán abortar en los tres supuestos que contempla el proyecto de Bachelet

Además, el texto afirma que “forzar” a la mujer a llevar a término tal embarazo con malformaciones supone “un permanente estado de duelo” y que obligarla a dar a luz tras ser violada “es  una nueva negación de su voluntad”.

En este último caso es el único en el que se establecen plazos para el aborto, poniendo como límite las 12 semanas de gestación. Sin embargo, si se es menor de 14 años éste se extiende hasta las 18 semanas ya que “las ninas y adolescentes demoran más tiempo en saber que están embarazadas”.

Menores de edad tendrían acceso libre

Las ninas y adolescentes menores de 14 años podrían abortar en los tres supuestos consideradas por el proyecto si actúan con la autorización de su representante legal, sea su padre o madre. Si el representante no está presente o ubicable, podrá acudir a otro adulto responsable.

No obstante, si la menor no tiene autorización, podrá ir a un juez de familia para que éste otorgue el permiso ya que “el peso de la decisión recae sobre ella”.

Otro de los apartados polémicos tiene que ver con la objeción de conciencia, pues aunque ésta se protege, en contraprestación se le obliga al médico a remitir a la paciente a otro doctor que sí practique abortos. Además, si el aborto debe hacerse “de modo inmediato e impostergable y, además, no existe otro médico que pueda realizar la intervención” la objeción de conciencia no tiene cabida.

Voces en contra

Como forma de manifestar la voluntad de los ciudadanos que van en contra de la iniciativa, 10 organizaciones han desarrollado una campaña que busca recoger un millón de firmas por la vida y que serán entregadas en marzo en el Congreso.

“Con esta campaña ‘Yo firmo por la vida’, la sociedad civil declara públicamente su total rechazo al aborto y solicita con urgencia políticas de apoyo a la mujer y al hijo que está por nacer”, se asegura en la Web de la iniciativa.

El pasado 12 de febrero, los miembros de dicho grupo entregaron al Congreso 100.000 firmas que se suman a otras 350.000 recolectadas en la pasada legislatura.  Además, la plataforma invita a que los ciudadanos escriban a los legisladores pidiendo el “no” para el proyecto de Ley.

A esta iniciativa ciudadana se suma el debate mediático de quienes se oponen al proyecto, entre los que se destaca una serie de confrontaciones epistolares en el diario El Mercurio que sostiene el Arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, con el también columnista y rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña.  “Lo que se discute en el Congreso es el aborto libre”, criticó en una columna de opinión el sacerdote en respuesta a un cuestionamiento hecho por Peña.

En Chile, una niña no podrá comprar tabaco, ni comprar cerveza pero podrá abortar sin problemas

«El texto del Congreso es generoso a la hora de hablar de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer –el aborto forma parte de esos derechos-, pero es avaro al hablar del derecho que tiene el hijo a que se le respete su vida», acusó el sacerdote y agregó que “es rápido en darle a la mujer la posibilidad de abortar; sin embargo, es lento a la hora de ofrecer apoyo integral para que saque adelante el embarazo”.

Sobre la despenalización del aborto en casos de violación, al arzobispo aseguró que “lo que importa es el hecho de que la madre no quiere a ese hijo y aquello basta para que el Estado ponga todo a su disposición para abortarlo. Llega hasta tal punto el poco interés por la justicia que el violador podría no ser denunciado”.

«En Chile, con este proyecto, una niña de menos de 18 años no podrá comprar una cajetilla de cigarros, no podrá salir del país sin el consentimiento de su padre, no podrá comprar una cerveza, no podrá enajenar sus bienes, pero podrá, sin el conocimiento y consentimientos de sus padres, decir que la violentaron y terminar con la vida de un inocente«, aseveró el sacerdote.

Ante la posibilidad de que el proyecto sea aprobado en el parlamento, la asesora legislativa Marcela Aranda considera que “por primera vez veo una aplanadora sobre el proceso legislativo, en especial en la Cámara de Representantes, que es la más numerosa. Son mayoría absoluta y cuentan con los medios de comunicación”.

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