Cecile Richards es la responsable final de la muerte de millones de bebés. Como presidenta de la multinacional abortista Planned Parenthood no sólo ha acabado con estos ninos sino que ha ido más allá al vender al mejor postor órganos y partes de bebés troceados.
Este escándalo salió a la luz gracias a los doce vídeos de David Daleiden en los que se observa a trabajadores y directivos de esta organización realizando estos negocios ilegales.
Sin embargo, Richards, lejos de estar en prisión o de haber sido marginada por la sociedad, se atreve a dar lecciones a los estadounidenses e incluso se presenta como un referente moral. Esta actitud se debe en parte al apoyo cerrado que ha recibido tanto del presidente Barack Obama como de la precandidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, a los que a su vez ha regado de donaciones.
Las lecciones morales de Cecile Richards
Para Cecile Richards el principal inconveniente para seguir con su suculento negocio son los hombres. No los soporta y en una reciente entrevista televisiva se quejó amargamente de que el sexo masculino ose proteger a las mujeres y a los ninos no nacidos ante el horror del aborto.
Según informe Life News, la presidenta de Planned Parenthood criticó duramente a los grupos provida, especialmente si en ellos hay varones: “La verdad es que estoy harta de que los hombres nos digan qué tenemos que hacer con nuestro cuerpo”.
Cecile Richards es consciente de que buena parte de su baza para seguir acabando impunemente con la vida de millones de bebés pasa por la Corte Suprema. Con la muerte del juez Scalia, un provida declarado, queda pendiente el nombramiento de su sustituto.
Obama quiere un abortista y Richards ya ha acudido a la Casa Blanca para tratar este tema. Es clave para ella que la Corte Suprema frene las leyes provida que pueden acabar con su negocio. Por ello, en esta entrevista pidió una juez mujer en este puesto que además comulgue con sus ideas abortistas. “¿No sería genial si tuviéramos una mayoría femenina en el Tribunal Supremo?”.
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