Han pasado seis años desde que entró en vigor la actual ley del aborto. Una fecha que ha sido fatídica para todas las personas a las que la muerte de un nino en el vientre materno saca las lágrimas y pone los pelos de punta.
Una madre no es la misma mujer después de abortar. Sus sentimientos, su capacidad de dar y recibir cariño o de sonreír ante la mirada tierna de un bebé se verán seriamente afectados. Aunque se intente ocultar, tarde o temprano, esa herida que deja el aborto, aflorará.
Desde Derecho a Vivir no se resignan a esta situación y en Ávila han convocado, como realizan cada año, una Velada por la Vida. Durante el acto encenderán velas en recuerdo de los ninos que han sido abortados y de las madres que han quedado tocadas después de abortar.
Los voluntarios de Derecho a Vivir se reunirán el viernes, 8 de julio, a las diez de la noche en la Plaza de Santa Teresa para dedicar este emotivo acto a todas las víctimas del aborto.
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