
El avance del movimiento proaborto parecía imparable a principios del siglo XXI. Batalla que emprendía, batalla que ganaban. El Europa el debate desaparecía y en EEUU Obama gobernaba.
Pero la sociedad provida estadounidense ha surgido de sus cenizas a una velocidad imprevisible para los partidarios del aborto, con especial mención a organizaciones como Center Medical Progress, de David Daleiden, que destapó el escándalo de Planned Parenthood.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEste resurgimiento fue clave en la victoria de Donald Trump, que se ha convertido, por interés o convicción, en el líder más provida de este siglo, inclinando la balanza a favor de los no nacidos en apenas un año.
Lo han conseguido hitos como la investigación del FBI a Planned Panrenthood por posible delito federal. O el cierre de las subvenciones del gobierno para financiar el aborto fuera del país.
También el nombramiento de un juez provida en el Tribunal Supremo como Neil Gorsuch. O la prohibición en varios Estados de abortar a bebés con síndrome de Down, o eliminando técnicas abortivas invasoras.
Y por todo esto los abortistas ven que las tornas empiezan a cambiar. 3 de cada 4 norteamericanos quieren restricciones al aborto. Muchos ya no lo ven como un derecho sino como una tragedia.
Líder proabortista: «Los anti-elección (provida) poco a poco está consiguiendo disminuir el acceso al aborto en EEUU»
Y las alarmas han saltado. Un claro ejemplo lo ha dado Ilyse G. Hogue, Presidenta de NARAL Pro-Choice America (Liga Nacional por los Derechos del Aborto). Este grupo ha realizado un extenso informe en el que señalan a los responsables de este cambio.
Jueces, políticos, periodistas… todos con nombres y apellidos para conocer quién es el enemigo. Y en dicho informe, una advertencia. El 2018 es un año crucial en este batalla por la vida, y los provida pueden ganar, dice Hogue.
Es una muestra de que muchos abortistas están nerviosos, y es una buena muestra. Por su interés reproducimos la carta de la presidenta de NARAL:
«El movimiento anti-elección (provida) ha pasado décadas buscando nuevas fórmulas de insinuarse en nuestro gobierno, nuestras políticas y nuestra política. Uno de los principales líderes anti-elección, al igual que ahora la administración Trump, una vez describió su trabajo como parte de una «estrategia militar».
En el esfuerzo para socavar los derechos de aborto, dijo que «no hacemos ataques frontales. Nunca atacamos donde el enemigo es más fuerte … Elegimos nuestras batallas. Lo que hacemos está muy por debajo de la pantalla del radar y no es muy atractivo.»
Bajo este liderazgo, el movimiento anti-elección ha trabajado para construir un poder político y persigue pequeñas victorias que ayudan a apilar el mazo a su favor.
El movimiento -financiado por fundaciones secretas que inyectan millones de dólares- poco a poco está consiguiendo disminuir el acceso al aborto en EEUU a pesar del hecho de que más de 7 de cada 10 estadounidenses apoya su legalización.
Estos esfuerzos, ejecutados a puerta cerradas van contra la corriente principal norteamericana.
En 2016, los principales líderes del movimiento anti-elección se unieron a su aliados más marginales, el movimiento de la derecha alternativa y decidieron mostrar su apoyo al candidato republicano, Donald Trump.

Estos aprovecharon su influencia para legitimar su candidatura y reforzar la participación. Desde entonces, Trump ha seguido impulsando sus compromisos anti-elección de formas peligrosamente significativas.
2018 es un año en el que los activistas contrarios a la elección se sientan en papeles influyentes gracias a la administración Trump. Tienen una influencia sin precedentes sobre las nominaciones judiciales y han introducido a algunos de los más extremistas de los suyos en el Congreso.
Están usando falsos centros de salud anti-elección falsos para evitar que las mujeres accedan a la reproducción asistida real, y se están apoyando en los manifestantes anti-elección más extremos, quienes acosan, avergüenzan e intimidan a las mujeres y a los médicos para socavar clínicas legítimas de abortos.
Estos activistas anti-elección han estado trabajando arduamente para preparar escenarios de ataques incluso más agresivos aún contra nuestra libertad reproductiva. Con Trump en la Casa Blanca y Neil Gorsuch en el Tribunal Supremo, creen que están más cerca que nunca de su objetivo final de derrocar a Roe v. Wade (la sentencia que supuso la despenalización del aborto).
Pero como siempre hemos dicho, reducir a estos personajes y esta infraestructura a «anti-elección» es un nombre inapropiado ya que su ideología y su agenda excede mucho más que solo acabar con el aborto legal en nuestro país.
No es casualidad que los derechos de las personas homosexuales, lesbianas y trans también hayan sufrido daño real a través de esta administración
Incluso en áreas como la reproducción, luchan activamente por el restringir el acceso a los anticonceptivos, la fertilización in vitro y la maternidad subrogada.
Y si algunos de los nombres en este informe os resultan familiares, eso se debe a que muchos de estas instituciones también están a la vanguardia en la lucha por intentar retrasar el reloj de las Protecciones LGBTQ.
No es casualidad que los derechos de las personas homosexuales, lesbianas y trans también hayan sufrido daño real a través de esta administración.
Los de la ideología «anti-elección» tiene que ver con el control: el control sobre las mujeres y las familias. Las organizaciones involucradas buscan definir cómo se ve la familia para los demás.

Pero su agenda también se encontró con una resistencia real. Activistas de base en todo el país se han unido para luchar contra la misoginia y contra la visión intolerante que Donald Trump y sus aliados extremos quieren.
Y hemos logrado hacernos escuchar. Combatimos los repetidos intentos de derogar el Obamacare, hicimos oír nuestras voces en oposición a Neil Gorsuch y otros de los nominados extremistas de Trump, y hemos visto a los demócratas ganar diversas elecciones durante el año.
Es por eso que es más importante que nunca hacer que nuestras voces se escuchen este año. Siete de cada 10 estadounidenses creen que el aborto debe ser legal y accesible. Eso es no solo una mayoría, es un consenso que se extiende a través del estado y el partido.
Sabemos que el movimiento anti-elección no dejará de encontrar nuevas formas de socavar nuestra libertad reproductiva, y con eso, nuestra capacidad de elegir nuestros propios destinos.
Escribimos este informe para ayudar a hacer sonar la alarma. El conocimiento es poder. Tenemos la fortaleza que necesitamos para defendernos y exigimos dignidad para cada persona de esta gran nación.
En solidaridad,
Ilyse G. Hogue
Presidente, NARAL Pro-Choice America»