La cantante Alicia Keys, ganadora de 15 premis Grammy, 17 Billboard y tres American Music Award y con más de 45 millones de discos vendidos tuvo la tentación en el año 2014 de anteponer su exitosa carrera artística a la vida de su hija.
En uno de los momentos más brillantes de su carrera, con el sexto álbum, Here triunfando en todo el mundo y su ‘Girl on fire’ arrasando en las radiofórmulas, Alicia Keys se enfrentó a uno de los dilemas más determinantes de su vida. Al enterarse de que estaba embarazada de su segundo hijo, le dijo al médico: «No estoy preparada para esto. Este es el peor momento de la historia. Estoy trabajando en mi próximo álbum. Mi marido acaba de ingresar en la Harvard Bussiness School. Y he estado bebiendo mucho».
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEn aquél momento, la carrera profesional parecía lo más importante para Alicia Keys: «La música que estaba creando parecía más importante y urgente que casi todo lo demás. Tendría que posponer su lanzamiento durante al menos un año si decidía tener el bebé».
En efecto, valoró la posibilidad de sacrificar a su hija, tal y como se narra en sus memorias tituladas More myself y que han sido publicadas el pasado 31 de marzo y que adelantó la revista People.
Pero una noche en la que se encontraba librando un profundo debate interno, una canción salvó la vida de su hija: More than we know (Más de lo que sabemos), compuesta por Keys junto a su marido Swizz Beatz y cuya letra habla de «cómo somos capaces de mucho más de lo que podemos imaginar», según relata Keys.
Más de lo que sabemos
Si pudiera respirar bajo el agua
todos los peces caminarían sobre la tierra.
Si pudiera volar por el cielo, cariño,
entonces tendría alas.
Si las palabras pudieran mover montañas,
si pudiera nadar el océano sin ahogarme,
si hubiera dolor sin heridas
entonces se habría descubierto lo imposible.
Porque, cariño, podemos hacer más de lo que sabemos.
Más de lo que sabemos.
Y cariño. cariño, oh,
hay más de lo que sabemos,
más de lo que sabemos.
Si pudiera caminar sobre la luna,
me deslizaría hacia ti, cariño.
Iría a la guerra como un pelótón,
estaría ahí, en el frente.
No más promesas rotas sobre la tierra prometida,
dejemos que la libertad nos libere de nuevo.
Porque, cariño, podemos hacer más de lo que sabemos.
Más de lo que sabemos.
Y cariño. cariño, oh,
hay más de lo que sabemos,
más de lo que sabemos.
«Mis ojos se llenaron de lágrimas. ¿Cómo podría quitarle el potencial a esta hermosa niña, esta luz que podría tocar a otros de una manera que no podría soñar? Para mí, la canción fue un poderoso mensaje de que debería continuar con el embarazo».
¿Qué tiene que ver esta historia con el genetista francés descubridor de la trisomía 21 causante del síndrome de Down Jérôme Jejeune?
En 1991, tres años antes de su muerte, el doctor Lejeune fue llamado a comparecer ante la Asamblea de Francia en relación al crimen del aborto. Fue allí donde hizo fortuna el caso que luego han defendido miles de activistas provida en todo el mundo.
Cuando se le otorgó la palabra, preguntó qué debía hacerse con el cuarto hijo de una mujer desnutrida y tuberculosa y un hombre sifilítico y alcohólico. Rápidamente, un senador socialista replicó desde su bancada que la única fórmula posible era realizar un “aborto terapéutico”.
Lejeune guardó silencio. Y antes de que los rumores de la cámara pudieran ahogarlo, proclamó solemne: “Señores, pónganse en pie, porque este caballero acaba de matar a Ludwig van Beethoven”.
La historia de Beethoven fue llevada al cine en un corto de 15 minutos producido por el actor mexicano Eduardo Verástegui: