El Cardenal Timothy Michael Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente del Comité para Actividades Pro Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), criticó la reciente liberalización de las normas de la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, que permite el uso de la droga abortiva Mifeprex, conocida como RU-486, hasta los 70 días de embarazo y eliminando la obligación de que sea un médico el que la provea.

En un comunicado en el sitio web de la USCCB, el cardenal Dolan criticó que el 29 de marzo “la FDA ha relajado irresponsablemente sus directrices para la peligrosa droga abortiva RU-486, extendiendo su uso por un adicional de tres semanas dentro del embarazo, y permitiendo su provisión a manos de personal no médico”.

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“El uso no oficial, no aprobado de la RU-486 es ahora el nuevo normal, pavimentando el camino para la destrucción de más vidas inocentes, y poniendo a las mujeres y ninas en riesgo frente a todos los efectos del aborto que cambian la vida”, advirtió.

El cardenal estadounidense lamentó que los promotores de la práctica antivida, “lejos de querer que el aborto  sea ‘escaso’” ahora “están celebrando este uso extendido como la apertura de una puerta cada vez más amplia al aborto”.

«Mujeres han muerto a causa de esta droga, y muchas que la usaron después de las 8 semanas de embarazo terminaron regresando por abortos quirúrgicos”

Al mismo tiempo, indicó, quienes promueven el aborto “igualmente están celebrando el abandono de la FDA a la salud de la mujer. Mujeres han muerto a causa de esta droga, y muchas que la usaron después de las 8 semanas de embarazo terminaron regresando por abortos quirúrgicos”.

En efecto, según su evaluación en 2011, la FDA encontró que desde que esta droga fue aprobada en 2000 se reportaron 2.207 casos con efectos adversos, incluyendo 14 muertes de mujeres.

Otras 612 resultaron hospitalizadas debido al fármaco abortivo. 48 mujeres sufrieron infecciones severas y 339 sufrieron pérdidas de sangre que requirieron transfusiones.

Al concluir su mensaje, el arzobispo de Nueva York recordó que toda mujer embarazada “puede recurrir a las agencias católicas para una asistencia esperada y sin prejuicios” como Catholic Charities, centros de ayuda al embarazo y muchas parroquias que “están preparadas para ayudar a aquellos en necesidad”.

* Esta  es uan información publicada originalmente en ACi Prensa

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