“El dolor fetal ha sido durante mucho tiempo un tema polémico, en gran parte porque el dolor fetal a menudo se cita como una razón para restringir el acceso a la interrupción del embarazo o el aborto. Tenemos puntos de vista divergentes con respecto a la moralidad del aborto, pero nos hemos unido para abordar la evidencia del dolor fetal”.
Así arranca el estudio de Stuart WG Derbyshire y John C. Bockmann, quienes reconocen que tenían distintos puntos de vista en torno al aborto. El primero, de hecho, fue asesor de la organización abortista Planned Parenthood y había afirmado tener “pruebas de que los fetos no pueden experimentar dolor” en el año 2006 en otra prestigiosa revista científica, el British Medical Journal.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora“La mayoría de los informes sobre la posibilidad de dolor fetal se han centrado en la neurociencia del desarrollo. Los informes a menudo sugieren que la corteza y los tractos talamocorticales intactos son necesarios para la experiencia del dolor. Dado que la corteza sólo se vuelve funcional y los tractos solo se desarrollan después de 24 semanas, muchos informes descartan dolor fetal hasta el último trimestre. Aquí, la evidencia más reciente que cuestiona la necesidad de la corteza para el dolor y demuestra la conectividad talámica funcional en la subplaca se utiliza para argumentar que la neurociencia no puede descartar definitivamente el dolor fetal antes de las 24 semanas”, continúa en resumen (abstract) del estudio ‘Reconsiderando el dolor fetal’ (Reconsidering fetal pain).
Con todo, los autores reconocen que consideran la posibilidad de que la mera experiencia del dolor, sin la capacidad de autorreflexión, sea moralmente significativa. “Creemos que el dolor fetal no tiene que ser equivalente a una experiencia humana adulta madura para tener importancia moral, por lo que el dolor fetal podría considerarse como parte de un enfoque humano para el aborto”, concluyen en la síntesis del informe.
Bockmann “esencialmente cree que el aborto es inherentemente violento”, mientras que Derbyshire considera que “es justificable”. Aunque no se ponen de acuerdo sobre el enfoque ético en torno al aborto, sí que convienen en que “es razonable considerar alguna forma de analgesia fetal durante abortos posteriores” a estas 13 semanas.
“Nuestro objetivo era generar una mejor conversación sobre la posibilidad de dolor fetal y las implicaciones de esa posibilidad”, según explican para concluir el estudio.