El jefe de Ginecología del Complejo Hospitalario de Navarra, Ricardo Ezcurra, ha presentado su dimisión meses después de la aplicación del polémico decreto aprobado por el Gobierno que preside Uxue Barkos que contempla el aborto por causa médica y el farmacológico.
El pasado 13 de septiembre el propio Ezcurra compareció ante el parlamento navarro para transmitir al gobierno regional que apenas médicos dispuestos a realizar abortos: sólo 8 de los 53 médicos del servicio estaban a dispuestos a practicar abortos.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraClaro que en palabras técnicas aquello sonó de otra manera: «Hay dificultades para cumplir una parte del decreto ley sobre salud sexual y reproductiva».
La realidad, se diga como se diga, es que cada vez hay menos profesionales sanitarios dispuestos a practicar abortos. Bajo la responsabilidad de Ezcurra había 52 médicos (uno más contando con él).
Tras comparecer ante la cámara navarra, Ezcurra atendió a Actuall y explicó la situación, aunque no quiso desvelar si él era uno de los médicos objetores. «De la misma forma que no hago pública la religión que profeso ni el partido que voto, tampoco me posiciono sobre el aborto. Y tengo mi opinión clarísima, pero me la reservo. Seguramente en el futuro tendré que manifestarla, mientras tanto prefiero guardar mi postura».
Hay que recordar que en su alocución parlamentaria, Ezcurra propuso como una de las soluciones al gobierno navarro que contratara a más ginecólogos dispuestos a realizar abortos.
Porque los ocho que actualmente practican abortos lo hacen poniendo condiciones. «No se puede obligar a nadie, así que o bien unos pocos asumen todos los abortos (unos 900 al año en Navarra) o se contrata a más personal para realizar las interrupciones», declaraba a Actuall.
A continuación, el diálogo que Actuall mantuvo entonces con el ahora ex jefe de Ginecología del Complejo Hospitalario de Navarra:
¿Interrupciones, dice? ¿No es un cruel eufemismo, un término ideologizado para no usar el de aborto?
La palabra aborto es muy dura y muy seca, así que tenemos un cierto reparo en decir aborto, pero la palabra técnica en medicina es aborto y no hay que decirlo de otra manera. El término «interrupción voluntaria del embarazo» es un intento para suavizar ese hecho. Socialmente está peor visto. Es puro léxico.
¿Pero a usted le gusta el decreto?
Es un decreto que hay que cumplir. Lo que me resulta incómodo a mí y a mis compañeros es el tema del aborto. Es una situación que conoce el propio departamento de Sanidad. Nadie hace abortos porque le encante, y no digo ya los abortos voluntarios, sino los que se producen por causas naturales. Es bastante desagradable. Al igual que hay compañeros míos que se pueden dedicar a los embarazos de alto riesgo o al cáncer ginecológico, sin embargo hay gente que le gusta.
¿Está usted entre los 8 de los 53 médicos dispuestos a realizar abortos?
Como jefe de servicios de Ginecología debo ser escrupulosamente neutral, así que no le puedo responder a eso.
«Entiendo a quienes por cuestines morales piensan que un aborto es matar a un nino»
¿Comprende a sus compañeros de servicio cuando dicen que el bebé que está por nacer es también su paciente?
Yo comprendo a todo el mundo. Entiendo que haya compañeros o mujeres que entienden que el aborto es aceptable, pero también entiendo a quienes por cuestiones morales o religiosas piensan todo lo contrario, es decir, que un aborto es matar a un nino. Creo que el aborto no es un tema exclusivamente sanitario, sino que las implicaciones morales son tremendamente importantes. Todas las posiciones son respetables. No creo que se pueda decir que uno sea mejor médico que otro por practicar o no abortos.
¿Cree que muchas de las mujeres que optan por el aborto no lo harían si tuvieran más apoyos sociales?
Se ha optado por la solución fácil, que es el aborto. Si recibieran ayudas sociales algunas mujeres podrían seguir adelante con el embarazo. Sobre todo en los casos en los que las mujeres creen que no podrían llevar adelante ese embarazo por cuestiones económicas.