Pentobarital, sustancia utilizada para la eutanasia y el suicidio asistido.
Pentobarital, sustancia utilizada para la eutanasia y el suicidio asistido.

La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) y la Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (AECPAL) han criticado que la ley de eutanasia tenga por objetivo exclusivo la elección del momento de la muerte como factor único a la hora de valorar la dignidad del momento de la muerte.

«Desde la postura que venimos manteniendo de respeto absoluto a todas las opiniones y sensibilidades individuales que existen en relación con este debate, consideramos que es sumamente simplista reducir el derecho a morir con dignidad al objeto de esta ley» señalan en un comunicado en el que defienden que la «dignidad al final de la vida» abarca «mucho más que la posibilidad de decidir cuándo se quiere morir».

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A su juicio, el concepto de dignidad al final de la vida es mucho más complejo y debería tener en cuenta no sólo el cuándo, sino también el dónde se quiere morir, con quién, y cómo.

«No es posible hablar de atención digna ni de muerte digna cuando no está garantizado que las personas puedan decidir dónde, cómo y con quién morir. Sólo cuándo», subrayan.

La persona debe poder decidir dónde quiere morir

Para los especialistas en cuidados paliativos es necesario poner a disposición de los pacientes que deseen morir en casa los recursos suficientes «para que pueda hacerlo en las mejores condiciones y con un acompañamiento adecuado, lo que requiere, por ejemplo, bajas incentivadas para sus cuidadores».

Se trata de una circunstancia que no se produce en España donde, denuncian, «cada ocho minutos una persona en situación de dependencia fallece sin recibir las ayudas que tiene reconocidas, según datos recientes del Observatorio Estatal para la Dependencia de la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales».

«Eso no es morir con dignidad», enfatizan.

En el caso de que se quiera o sea médicamente aconsejable morir en el hospital, se hace precisa «la existencia de centros hospitalarios orientados a proporcionar una atención centrada en la persona, y no en su patología, con vocación de cuidar y recursos estructurales para ello».

Estos centro se caracterizan «por disponer, por ejemplo, de una habitación individual que aporte al paciente la intimidad que requiere este proceso, así como otros recursos que garanticen una respuesta adecuada a todas sus necesidades físicas, psicológicas, sociales, emocionales y espirituales«.

Morir solo no es digno

Desde la SECPAL y la AECPAL también se denuncia el hecho de quemiles de personas hayan muerto solas, sin sus seres queridos cerca, muy en especial en estos tiempos de pandemia por el Covid19.

Según un estudio de los enfermeros paliativistas publicado en la revista Medicina Paliativa la mitad de los fallecidos por Covid19 durante la pandemia (49,8%) no pudo despedirse de sus seres queridos y sólo en el 6,8% de los casos esa despedida se produjo en el momento del fallecimiento.

En los pacientes sin Covid19, el porcentaje de fallecimientos sin despedida de los familiares cayó durante la pandemia hasta el 17,8%.

Durante los peores meses de la pandemia, la mitad de los profesionales de la enfermería admiten haberse encontrado con pacientes con Covid19 fallecidos solos al entrar en la habitación.

«La soledad ha estado muy presente en los pacientes en situación de últimos días, lo que supone un importante coste emocional para las familias en duelo, al igual que para los propios profesionales», explican.

Ambas organizaciones especializadas en los cuidados paliativos subrayan que «esta realidad, que sigue produciéndose y que ha incrementado hasta límites insoportables el sufrimiento de los pacientes y de sus seres queridos, no puede considerarse en ningún caso morir con dignidad».

Garantizar los cuidados paliativos

En tercer lugar, los paliativistas detallan que el modo en que se produce la muerte es un factor clave para determinar el grado de dignidad. En este sentido, enfatizan que «en la mayoría de los casos, los cuidados paliativos garantizan un alivio eficaz del sufrimiento ante enfermedades avanzadas o procesos de final de vida mediante una atención integral, multidisciplinar y centrada en la persona y en su familia». Sin embargo, al no estar desarrollados, se trata de un «derecho inalcanzable para miles de personas en nuestro país».

«Si la respuesta a las necesidades de estas miles de personas que necesitan unos cuidados paliativos de calidad continúa sin estar garantizada por una ley nacional que comprometa de igual forma a todo el territorio (como así será en el caso de la eutanasia), se está dando a entender que la única alternativa garantizada para dejar de sufrir cuando se padece ‘una enfermedad grave e incurable’ o ‘una enfermedad grave, crónica e invalidante’ es dejar de vivir», denuncian los paliativistas.

Tanto la SECPAL como la AECPAL consideran que es «un debate erróneamente polarizado y simplificado» el que plantea que los cuidados paliativos y la eutanasia son dos categorías contrarias de tal forma que «se ha llegado a sugerir que muchas de las personas que reclaman la eutanasia rechazan los cuidados paliativos».

«Mucho se ha hablado estos meses de la necesidad de impulsar unos cuidados paliativos integrales y de calidad. Todo el mundo lo quiere, pero nadie lo hace posible. Es hora de acabar con las palabras y empezar con los hechos para que antes de que finalice la legislatura existan en España unos cuidados paliativos universales y eficaces para todos. Eso sí que sería garantizar que en este país las personas viven con su dignidad intacta hasta el final», concluyen.

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