Sólo habían pasado tres meses desde que la británica Shelly Wall se había quedado embarazada cuando los médicos le dijeron que lo mejor que podía hacer por su hijo era abortar. Ella y su marido Rob recibieron devastadoras noticias: su bebé moriría antes o durante el nacimiento.
Al pequeño Noah le habían detectado varios problemas de salud: espina bífida, anomalías cromosómicas e hidrocefalia.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraAdemás, los médicos avisaron a la familia de que sólo poseía el 2 por ciento de su tejido cerebral, por lo que la mejor opción para el bebé era que no llegara a nacer.
Sus padres, sin embargo, se negaron a quitarle la vida y ahora, cuatro años más tarde, le han presentado como protagonista de un documental en el Reino Unido.
El padre, Rob, explica que los médicos les ofrecieron la oportunidad de abortar hasta en cinco ocasiones pero confirma que «nunca fue una opción para nosotros. Queríamos darle a Noah la oportunidad de vivir».
A pesar de que los médicos les avisaron de que Noah probablemente moriría al nacer y que ellos se mentalizaron y prepararon su funeral antes que su propio nacimiento, el bebé nació el 6 de marzo de 2012.
Tenía la parte inferior del pecho paralizada, pero sólo importaba que había nacido vivo. Shelly Wall recuerda que «lo primero que oímos cuando nació fue que cogía aire y que comenzaba a llorar, fue increíble».
Noah tuvo que regresar en numerosas ocasiones al hospital, le operaron de la espalda y le colocaron un drenaje en la cabeza para que no sintiera presión en el cerebro. A pesar de las complicaciones médicas el pequeño siguió adelante.
Utiliza una silla de ruedas para moverse, canta, habla y sonríe, y es que su cerebro ha alcanzado el 80 por ciento de su tamaño normal. «Escuchar que su cerebro casi ha vuelto a la normalidad es increíble de creer» explica su madre.
«Rob y yo rompimos a llorar cuando escuchamos la noticia» cuenta emocionada Shelly y añade que «fue como un sueño, nunca hemos visto nada igual. Incluso los médicos lloraban sorprendidos de lo que Noah había conseguido hacer».
Los padres esperan que todos los escáneres que están realizando a Noah sirvan para estudiar la espina bífida
Su futuro sigue siendo incierto y aunque su familia sabe que tendrán que enfrentarse a más operaciones quirúrgicas, agradecen cada día que pasan con él. Los médicos han confirmado que el cerebro de Noah es casi normal y completamente funcional.
Sus padres se aferraron a la esperanza y creyeron que su hijo merecía una oportunidad y están orgullosos del bien que está haciendo en sus vidas y en las de otros.
Por ello, han decidido donar dos sillas de ruedas al Hospital de Niños Great North en Newcastle, para que otras familias con las mismas dificultades puedan experimentar alegrías similares.
Asimismo, esperan que todos los escáneres que están realizando a Noah sirvan para estudiar la espina bífida y se produzcan nuevos avances en los tratamientos para ninos con estos problemas.
Consideran que el ejemplo de Noah demuestra que «el aborto nunca es la respuesta».