Pues estamos a dos semanas de Navidad y el PSOE y sus cómplices, entre ellos Bildu (master honorífico en cultura de la muerte) pisa el acelerador de la ley de eutanasia como si no hubiera un mañana. Como si los españolitos a los que se les ha muerto un abuelo, una madre, un hermano o un hijo a causa del coronavirus o de sus efectos colaterales estuvieran preocupados por como acabar con la propia vida o con la de un familiar próximo. Como si los sanitarios -tan aplaudidos- no desearan otra cosa que poner fin a la vida de sus pacientes.
¿Y qué tenemos? Una proposición de ley que va a legalizar la eutanasia como ‘derecho’ por primera vez en España. La sanidad pública no le va a financiar la dentadura ni las gafas progresivas pero va a dar todo tipo de facilidades para matarle. Esto va a ser así y nos daremos cuenta cuando ingresemos a nuestro padre por urgencias y no salga vivo. O se darán cuenta nuestros familiares y allegados cuando los que abandonemos el hospital con los pies por delante seamos nosotros.
Me dirán que exagero pero sólo hay que leerse la ley para darse cuenta de por dónde van los tiros. Mínima ha sido la reacción de la sociedad española. Sorprenden los escasos médicos que públicamente se han pronunciado contra esta ley que les convertirá en verdugos convirtiendo en papel mojado el juramento hipocrático.
Los nazis ya aplicaron la eutanasia. Me dirán que exagero pero fue así, nos guste o no
Excelente ha sido la iniciativa Vividores puesta en marcha por la Asociación Católica de Propagandistas.Y por supuesto, Derecho a Vivir no ha faltado a la cita con entregas de miles de firmas para parar la ley en el Congreso de los Diputados y con la difusión de los testimonios en vídeo de cuatro víctimas potenciales de la eutanasia: Inmaculada, Jordi, Rafa y Aarón. Muy recomendable también el libro ‘Eutanasia. La muerte como terapia’ editado y distribuido por Derecho a Vivir en colaboración con la plataforma de expertos Vida Digna.
Hay que decir, en favor de la Iglesia Española, que la Conferencia Episcopal, se ha pronunciado con rotundidad sobre la pretendida legalización de esta práctica criminal. Lo malo es que los documentos episcopales no se los leen ni los monaguillos y servidora no ha escuchado ni una sola referencia a la eutanasia que viene en las misas dominicales.
Los nazis ya aplicaron la eutanasia. Me dirán que exagero pero fue así, nos guste o no. Se resume en este artículo en el que tuve el honor de colaborar:
Entre mayo de 1940 y septiembre de 1941 el nazismo puso en marcha un programa sistemático de eutanasia aplicada sobre deficientes físicos y mentales; el plan se denominó Eutanasia T4 y fue dirigido por Karl Brandt, médico que contaba con un nutrido equipo de profesionales (unos 350 médicos); utilizaron cámaras de gas. A finales de agosto de 1942 Hitler detuvo el programa debido a las protestas y denuncias públicas. Sin embargo, en agosto de 1942 se reanudaron las operaciones más discretamente, utilizando fármacos e inyectables o privando a los pacientes (enfermos, discapacitados, ancianos, heridos …) de alimentos. Este programa continuó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que solo entre 1939 y 1941, alrededor de 70.000 personas murieron en el programa de eutanasia, aunque en el proceso de Nuremberg se estimó un total de 275.000 personas víctimas de la eutanasia nazi.
Exactamente igual que en España, en la Alemania dominada por Hitler la mayor parte de los ciudadanos permanecieron ajenos, por desconocimiento o indiferencia, a lo que estaba pasando con personas con discapacidad o enfermas. Entre los que denunciaron valientemente lo que estaba sucediendo destaca el obispo Clemens Von Galen, que después sería nombrado cardenal y, ya en el siglo XXI, durante el pontificado de Benedicto XVI, sería proclamado beato. Conocido como ‘el León de Münster (su diócesis), dedicó varias homilías a contar cómo los nazis estaban acabando con la vida de las personas más vulnerables.
La causa de la vida, la dignidad y los derechos fundamentales, prevalecerá. Y será gracias a un puñado de valientes que salvaran la civilización frente a los bárbaros
Ayer, como bien ha informado Actuall, la ley de eutanasia impulsada por el PSOE se aprobó en la Comisión de Justicia del Congreso con la oposición de Vox y el Partido Popular. Un paso importante para que el proyecto criminal llegue a su fin.
Pero frente a los herederos del nazismo que va a permitir que nos maten y va a obligar a los médicos a que lo hagan se alzaron algunas voces. Una de ellas, la de Lourdes Méndez Monasterio, diputada de Vox por Murcia. Tienen su intervención completa aquí. Les copio algunas frases textuales aunque les recomiendo encarecidamente que escuchen los diez minutos y medio que dura el vídeo:
- “Es espeluznante experimentar como pactan, como transaccionan, como acuerdan a quien, como y donde administrarles la muerte”.
- “Señorías: son ustedes un peligro para nuestras vidas”.
- “Con la eliminación de determinados enfermos aliviarán económicamente el sistema”.
- “No están legitimados para aprobar esta barbarie disfrazada de hipócrita compasión”.
Cuando anoche, ya en la cama, tuve ocasión de escuchar el encendido discurso de Lourdes Méndez Monasterio me vino a la mente el ‘León de Münster’. Tengo la seguridad de que la historia, dentro de unas décadas, reconocerá como héroes a los que plantaron cara al terror de la muerte avalada con su voto por la mayor parte de los partidos políticos representados en el Congreso de Diputados.
Porque, no tengan ninguna duda, la causa de la vida, la dignidad y los derechos fundamentales, prevalecerá. Y será gracias a un puñado de valientes que salvaran la civilización frente a los bárbaros. Así ha sido siempre en nuestra milenaria historia.
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