El término “eutanasia” proviene del griego (bien morir) y habitualmente se utiliza la palabra para referirse al método con el que se provoca la muerte sin sufrimiento físico y por lo tanto, se impide la muerte natural. La verdad es que muchos de estos métodos distan mucho de no provocar sufrimiento físico en el ejecutado, pues la verdad es que se trata de una ejecución. Es un falso humanitarismo el que justifica esta aberración “legal” de la eutanasia.
Lo primero que hay que hacer, en mi humilde opinión es atender a lo práctico. Por este motivo es muy recomendable utilizar la fórmula del “Testamento Vital” (aunque es un mandato y no un testamento), incluso elevándolo a público a través de un fedatario, por si llega el momento en el que una persona no puede expresar su voluntad… y al menos así haberla puesto de manifiesto para evitar el ensañamiento terapéutico, o para poder pasar los últimos momentos de la vida acompañado por familiares o amigos, o para poder ponerse a bien con Dios.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraNo se debe confundir el modelo anterior de la Conferencia Episcopal con otros, como el masónico documento propuesto por la Generalidad de Cataluña, que incide en la eutanasia, dejando la decisión de ejecutarla en la exclusiva voluntad de dos médicos (o matarifes en este caso), y liberándoles a su vez de toda responsabilidad civil y penal. Por cierto, un médico menos de los que exigía la ley de los nazis para llevarla a cabo en aquella época oscura previa a la Segunda Guerra Mundial.
En la tradición de la Iglesia Católica existe la obligación de preservar la vida. Santo Tomás de Aquino decía: Semper, sed non pro semper (siempre, pero no en toda circunstancia), confirmándolo el cardenal Juan de Lugo en su obra De justitia et jure con la afirmación de que no es obligado preservar la vida a toda costa cuando esa actuación no va a servir para nada.
Los verdaderos cuidados paliativos no tienen nada que ver con las sedaciones eugenésicas generalizadas
En ausencia de un “testamento vital”, la eutanasia se puede aplicar por petición de los representantes legales. Entre los eutanasiables estarían incluidos aquellos que la ley arbitrariamente, o los matarifes o representantes legales consideren inferiores según un baremo de “calidad de vida”. Esta es la práctica que se observa en otros países que legalizaron tal inmoralidad.
La verdad sobre este tema es la siguiente: “La aplastante mayoría de los enfermos terminales no quieren acelerar su muerte y casi nunca se plantearían tal cosa si su sufrimiento fuese tratado adecuadamente”, como escribió Robert Hendin en su obra: Seducidos por la muerte. Médicos, pacientes y suicidio asistido.
Con esta afirmación están de acuerdo todos los profesionales que llevan a cabo verdaderos cuidados paliativos. Es lo que dice en este video el doctor Marcos Gomez (dándole un repaso monumental al sibilino Jordi Ébole), o en estos otros videos en los que el doctor Álvaro de la Gándara, o en el que otros portavoces autorizados inciden desde distintos ámbitos en esta cuestión esencial. Nosotros desde SCJ VITA hemos hecho una pequeña selección de material en nuestra web, tanto documental como audiovisual que recomendamos a todo aquel que quiera formarse un criterio científico y veraz.
Y en este afán por conocer y divulgar la verdad es por lo que matizamos que los verdaderos cuidados paliativos no tienen nada que ver con las sedaciones eugenésicas generalizadas, que por desgracia llevan mucho tiempo aplicándose en muchos hospitales. Estas sedaciones a base de morfina y de midazolam u otros derivados, provocan la muerte y no son cuidados paliativos, sino asesinatos. No es lo mismo matar (asesinato) que dejar morir a una persona suprimiendo los métodos artificiales para evitar el encarnizamiento terapéutico y administrándole calmantes para aliviar su sufrimiento, a sabiendas de que pueden acelerar la inevitable y muy próxima muerte.
Por la experiencia de los médicos, un paciente en cuidados paliativos sobrevive de 12 a 14 días de media, mientras que un paciente aguanta 24 o 48 horas máximo cuando le ponen una bomba de sedación (en ocasiones mucho menos tiempo) y además esa sedación mortífera normalmente se combina con la privación de suero, hidratación y comida al enfermo, provocándole, además de la pérdida de conciencia, fallos renales y luego multiorgánicos. En los cuidados paliativos prevalece un acto volitivo de permitir la muerte, mientras que en la eutanasia y los falsos cuidados paliativos (sedación eugenésica) se impone un acto volitivo para ejecutar de inmediato a una persona provocándole la muerte.
Por ello hay que diferenciar:
Suicidio Asistido: siempre existe la intención de acabar con la vida del enfermo. En muchas ocasiones, cuando falla el suicidio asistido, los matarifes o familiares intervienen más activamente (con bolsas de plástico o inyecciones letales).
Eutanasia: que, aunque se distingue falsamente entre activa y pasiva… siempre es activa, bien sea porque se le suministra al enfermo una sustancia letal, o bien porque se le dejan de suministrar los cuidados necesarios para vivir.
Ambas son un delito según el artículo 143 del Código Penal español. O al menos lo era hasta el infame día 17 de diciembre de 2020, en el que se ha aprobado otra ley genocida que la convierte en un “derecho” (cosa imposible porque es un disparate jurídico y una contradicción en los términos). Y para ejemplo de que es un crimen el caso del equipo del matarife Doctor Montes, conocido como “sendero luminoso” (por cierto, conocido grupo terrorista).
Antecedentes de la eutanasia
- Los primeros que preconizaron sobre a eutanasia fueron los cátaros o “puros”, que se basaban en las herejías del maniqueísmo (Dualizaron la naturaleza de Dios: todo lo bueno y todo lo malo al mismo tiempo).
- El darwinismo protonazi de Erns Haeckel.
- El gnosticismo nazi y la eutanasia voluntaria del SS iluminado Otto Wilhem Rhan (como defendía en su obra: La corte de Lucifer: Sabios, Paganos y Herejes). Buscó una alternativa a Cristo “limpia” de sangre judía. Realizaban ritos gnóstico cátaros y justificaron los “bautismos” eutanásicos llamados Consolamentum, que consistía en la eutanasia “voluntaria” para enfermos o ancianos. Este tipo de “eutanasia” la realizaban por orden expresa del doctor Friedrich Mennecke, director médico del Hospital Psiquiátrico del Eichberg a partir de 1938, que prohibía alimentar a los pacientes por sonda. Las consecuencias de la eutanasia nazi fueron doscientos setenta y cinco mil enfermos asesinados, ocho mil de ellos eran niños (consulten la obra de Alice Platen-Hallermund Exterminio de enfermos mentales en la Alemania nazi).
- La legalización en Holanda y Bélgica en el año 2001 (los casos se han multiplicado exponencialmente y también las denuncias de asesinatos y mala praxis).
- La legalización en Luxemburgo en 2009.
- También se ha legalizado la eutanasia neonatal y para niños. El 30 de octubre de 2007 el ministro socialista Bernat Soria en desayunos de TVE dijo que suicidio asistido es un derecho. El 15 de septiembre de 2004, la ministra socialista Elena Salgado dijo en Holanda que el fin último es llegar a la eutanasia infantil (así lo recogió EFE). No queremos suponer que quieran legalizar la eutanasia infantil para luego utilizar los órganos para el tráfico de órganos, ni aberraciones similares.
- Y la generalización mentirosa en los últimos años de unos falsos “cuidados paliativos” que ya hemos explicado anteriormente. Un ejemplo muy reciente y evidente de los falsos cuidados paliativos camuflados de eutanasia (y que han sido eugenesia en estado puro) se ha llevado a cabo en el experimento social de confinamiento y crisis política y pseudo sanitaria provocada por el SARS-COV-2.
La estrategia para imponer la Eutanasia
- Se busca un caso lacrimógeno.
- Se le da toda la publicidad posible.
- Cuando todo el mundo conozca el caso, se transgrede la ley abiertamente.
- Se le da toda la publicidad a la transgresión.
- Se busca a un enemigo al que demonizar y ridiculizar.
- Se difunde la mentira de que la eutanasia en una “realidad social” que se debe regular.
- Se defiende una ley de carácter muy restrictivo (para que no haya abusos sobre el papel… la realidad será otra cosa).
- Una vez aprobada la ley cada vez se interpreta más laxamente hasta que su uso es generalizado.
Consecuencias que vamos a ver en España
Se multiplicarán exponencialmente las muertes por eutanasia allá donde se legaliza.
Lo más grave es que cada vez habrá más casos de asesinatos camuflados de eutanasias ilegales o forzosas.
Todos los expertos con experiencia en cuidados paliativos son absolutamente contrarios a su legalización, pero se silenciarán.
Si el Estado garantiza el derecho, nos manchará de sangre a todos los contribuyentes porque con nuestros impuestos financiará a un ejército de matarifes para aplicarla (lo mismo que ha pasado con el aborto, o está pasando con la ideología de género o cualquier otra faceta de la cultura de la muerte que está imponiendo globalmente en Nuevo Orden Mundial).
También la perversión moral utilitarista, que pretende redefinir los dogmas hablando de muerte “digna” en lugar de asesinato, justificando las clínicas del final de la vida, eliminando el sentido del sufrimiento, la conciencia de pecado, poniendo al hombre como medida de todas las cosas (por supuesto se refieren siempre a un hombre iluminado masónicamente… un hombre sin Dios y sin humanidad), e incluso justificando la conveniencia de la reducción de población enferma, desvalida o anciana para reducir costes de atención sanitaria y pensiones… o para salvar el planeta de la “plaga humana”. Esta perversión destruye la humanidad de nuestra sociedad generalizando la inmoralidad.
Pero no perdamos la fe y perseveremos. Es hora de formarse sobre la materia con buenas lecturas y de resistir contra los enemigos, pidiendo auxilio al que ha vencido al mundo, al Señor de la Historia, al Único que ya no muere más, al que conmemoramos estos días de su Natividad y recibimos como Pan del Cielo esforzándonos por brindarle un pesebre digno y fiel en nuestra alma… levantémonos, que se acerca nuestra liberación de tanta perversión y maldad.