Cama de un hospital/ Flickr

Entre el sector sanitario las opiniones resultan unánimes. Fernando Herva, médico del Hospital de Leganés, opina que el líder de la oposición está aprovechando el caso de la niña gallega, Andrea, para confundir a la sociedad, ya que eutanasia y muerte digna son dos términos que nada tienen que ver.

“El primero consiste en procurar la muerte al paciente para aliviar el sufrimiento, pero el fin no justifica los medios. La muerte digna respeta el proceso aliviando el sufrimiento. Pedro Sánchez debería hablar con más propiedad”, resume el doctor.

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Herva entiende que al igual que no se puede decidir cuándo nacer, tampoco se debe decidir el momento de la muerte. “El valor primordial es la vida, no podemos anteponer los deseos de un tercero al derecho a vivir”. Además denuncia que en Holanda esta práctica es legal y se aplica a pacientes que no pueden decidir al encontrarse en estado terminal.

Los argumentos principales que utiliza este doctor se basan en que la eutanasia es igual a matar, y eso es algo intrínsecamente malo, por lo que no se puede pedir a los personales sanitarios que cooperemos a quitar una vida.

Ante esto, se abre el debate por la ley de objeción de conciencia que declara que si se pretende legalizar la eutanasia se tendría que hacer una ley para proteger a los médicos que no están de acuerdo con ella.

Un médico de familia (no quiere revelar su nombre) asegura que si la sociedad permite que se decida sobre la vida de otras personas llegaremos a extremos tan radicales como en la Alemania nazi, donde se utilizaba esta técnica para exterminar a la poblacion que consideraban indigna de la vida.

Por el contrario, la Asociación Derecho a Morir Dignamente considera que es necesario despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido. Tras conocerse el caso de Andrea consideran que las leyes autonómicas actuales han demostrado “que son una herramienta insuficiente para que se respeten los derechos y se mejore la calidad de muerte de los ciudadanos”.

Por su parte, Nicolás Jouve, miembro de Comité de Bioética, señala que el médico tiene el deber de intentar la curación o mejoría del paciente siempre que sea posible. “Cuando ya no lo sea, permanece su obligación de aplicar las medidas adecuadas para conseguir el bienestar”, declara a Actuall.

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