Feministas a favor del aborto han denunciado negligencia y maltratos en la conocida red de centros de aborto Marie Stopes. En diversas publicaciones de Facebook, la plataforma mexicana “Michis Aborteros” denunció que a los negocios del aborto como Marie Stopes “no les interesa nuestra salud mental ni física, solo quieren lucrar con nuestro derecho”.
La plataforma feminista proaborto acusó además a estos establecimientos por “atentar con la salud integral de las mujeres que deciden abortar o pedir información”.
Marie Stopes International, creada en 1976, tiene presencia en más de 30 países. Su nombre fue tomado de la feminista Marie Charlotte Carmichael Stopes, defensora de la práctica de la eugenesia.
June Rose, biógrafa de Stopes, aseguró en su libro Marie Stopes y la Revolución Sexual, que era “una elitista, una idealista, interesada en crear una sociedad en la que solo los mejores y bellos deberían sobrevivir”. Según su sitio web, la presencia de la red de clínicas de Marie Stopes en México se remonta a 1999.
Además, se define como “una Organización No Gubernamental que provee servicios de salud sexual y reproductiva, entre ellos la Interrupción Legal del Embarazo (aborto seguro)”. Actualmente Marie Stopes tiene presencia en Ciudad de México y en los estados mexicanos de Chiapas y Oaxaca.
Michis Aborteros recogió un testimonio, en condición de anonimato, en el que una mujer que se sometió a un aborto a las 13 semanas de gestación recordó que cinco mil pesos mexicanos (alrededor de 250 dólares) le sirvieron para que le realicen “el legrado sin anestesia, pero te daban unas pastillas para que te calmaras”.
Supuestamente el procedimiento “era efectivo y sin dolor”
Además, dijo, había un «paquete que costaba entre los 6.500 (y) 7.000” pesos mexicanos (entre 325 y 350 dólares), en el cual “sí te administraban anestesia”. A pesar de que tomó la opción que costaba cinco mil pesos, la mujer indicó que “me dijeron es seguro; solo vas a sentir como si te dieran piquetes. No te va a pasar nada, y vas a poder salir caminando”.
La mujer dijo que la anestesia ofrecida fue un par de pastillas de ketorolaco, un antiinflamatorio. Cuando le realizaron el aborto, recordó que “yo no sentía piquetes; sentía un dolor súper fuerte y me decían: respira profundo; aguántate; tú puedes”.
“Llegó un momento donde no aguanté el dolor y grité; y la doctora muy molesta me dijo que si no me callaba, que si no me aguantaba el dolor, no podía continuar con el procedimiento”.
“Yo lloraba”, continuó, porque sintió “el peor dolor que había sentido hasta ese momento en mi vida”.
“Seguro que hay muchas historias parecidas a esta, y sé que no soy la única”, expresó.
Solo en Ciudad de México y en el estado de Oaxaca el aborto libre a pedido está despenalizado hasta la semana 12 de gestación.
Al no estar despenalizado en el estado de Chiapas, las organizaciones abortistas en la zona dan asesoría y remiten a las mujeres a Ciudad de México o a Oaxaca.
En la mayoría de estados mexicanos el aborto está despenalizado en casos de violación y riesgo de salud para la madre. En algunos otros tampoco hay sanción para casos de inseminación no consentida y malformaciones graves del bebé en el vientre.
Un aborto “con pastillas” en Marie Stopes en Ciudad de México cuesta al menos 1.999 pesos mexicanos (alrededor de 100 dólares), mientras que el aborto “por aspiración con analgésico y bloqueo paracervical” tiene un costo 3.900 pesos (195 dólares).
El aborto “sin dolor” en Marie Stopes cuesta 5.999 pesos (300 dólares), y el aborto «sin dolor PLUS» tiene un valor de 6.999 pesos (350 dólares).
En su reporte de 2019, el último disponible en su sitio web, Marie Stopes no precisó el número de abortos realizados en México, pero dijo que 10 mil personas, entre hombres y mujeres, asistían cada mes a sus instalaciones buscando “la asesoría de nuestros especialistas”.
ACI Prensa consultó por correo electrónico el 19 de abril a Teresa Herrera, gerente de comunicaciones de Marie Stopes en México, sobre las acusaciones y quejas contra la red de clínicas de abortos. Hasta la fecha, no han remitido descargo alguno.
* Publicado originalmente por David Ramos en ACI Prensa.
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