El Servicio Nacional de Salud británico ha aceptado indemonizar con una cantidad de cinco cifras (por lo tanto, inferior a 100.000 libras esterlinas) por la muerte de un bebé recién nacido ocurrida en el año 2012.
Los padres de la niña descubrieron meses después del fallecimiento de su hijo que los médicos habían ocultado la retirada del sopote vital del bebé sin informar a los padres, Sian Hill y James Towers, ambos por debajo de la treintena.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa bebé fue tratado por una infección que contrajo durante el parto. Según detalla el Daily Mail a Sian Hill se le indujo el parto a las 41 semanas de embarazo y suhija Ivy fue llevada directamente a reanimación.
Los padres insistieron en poder ver a la niña antes de que se le retirara el soporte vital deido a un fallo multiorgánico. Sin embargo, cuando pudieronles permitieron verla ya sólo les dijeron que había fallecido.
«Cuando nos informaron que Ivy no estaba respondiendo bien a la reanimación y que el soporte vital debía desconectarse, tanto James como yo dejamos claro a los médicos y enfermeras que queríamos ver a Ivy lo antes posible, y mientras ella todavía estaba viva» detalla la madre al diario británico.
Y añade: «Cuando llevaron a Ivy a la habitación, había muerto y estaba en una cesta de mimbre. Dijeron que había muerto cuando nos la trajeron, sin ninguna mención de apagar nada«.
Los abogados de la pareja también han demandado al hospital por negligencias médicas, dado que, según su versión, el hospital ignoró los comentarios de la madre sobre que notaba poca actividad en la niña desde semanas antes y que deberían haber inducido el parte antes de lo que finalmente fue.